Si bien en todos los goles hay siempre un mérito del equipo que anota y alguna falla del conjunto que lo recibe, Independiente se viene equivocando demasiado en esta temporada y lo termina pagando en la red. Trabajo para el Turco.
Ante Deportivo Quito, tanto en la ida como en la vuelta del repechaje a la Copa Libertadores, el equipo estuvo concentradísimo y, si bien sufrió en la vuelta, el único gol que recibió no fue por una falla de algún jugador rojo sino por una buena definición de Michael Jackson Quiñónez con un remate lejano y esquinado que veció la resistencia de un Hilario que estuvo genial.
Sin embargo, ante Tigre se recibió un gol que ya le habían hecho tanto Boca como San Lorenzo en el verano, algo que el DT había advertido que debían trabajar de cara a la competencia oficial: corner, centro al corazón del área y anticipo de cabeza de Denis Stracqualursi a Carlos Matheu. 1-0 y derrota clave.
Después, con Vélez por la primera fecha del Clausura, el Rojo iba ganando bien 2-0 y ni bien comenzado el complemento Maximiliano Moralez quedó habilitado por la última línea de Independiente, que había tirado mal el achique, y marcó el descuento. Más tarde, el que falló fue Hilario Navarro, quien salió mal, y Juan Manuel Martínez consiguió el empate.
Por la segunda fecha, contra Argentinos, y ante Peñarol no recibió ningún gol Navarro, pero ante River volvieron los fallos. El partido moría en empate, pero sobre el cierre Eduardo Tuzzio cerró mal para atrás, Carlos Matheu no pudo contener a Mariano Pavone e Hilario volvió a salir mal. ¿Resultado? Gol del Tanque y nueva derrota del Rojo.
Este jueves, cuando Independiente había arrancado bien en Quito, otro blooper del fondo propició el gol de la Liga a los 10 minutos de juego: de contragolpe, Hernán Barcos habilitó a Paul Ambrosi, quien le ganó las espaldas a Matheu, Maximiliano Velázquez le desacomodó el balón a Gabbarini y encima lo chocó. Y a falta de 12 minutos para el cierre, Gabba respondió flojo a un disparo de tiro libre y gol de Urrutia que significó el 3-0.
