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Errores que cuestan caro

Independiente volvió a perder, esta vez 1-0 con Rosario Central. ¡No se aguanta más!

Independiente pasa uno de los peores momentos de su historia, si no es el peor. Sin Presidente y sin un entrenador oficial, el panorama institucional es desolador. En lo deportivo, tampoco es el mejor: El equipo llevaba nueve fechas sin ganar en el torneo, y con Rosario Central sumó la décima.

De arranque, otra vez el Rojo se mostró impreciso. Un equipo largo, sin conexiones entre las partes e impreciso a la hora de tocar. El nerviosismo se apoderó rápidamente de un equipo, y el local se dio cuenta. Sin mucho más que los de Avellaneda, el Canalla fue más inteligente, y esperó el error.

Así fue que, a los 23 minutos, la falla llegó. Independiente estaba en plena salida, cuando Edgar Elizalde tocó de forma defectuosa para Sergio Barreto. El Checho no la pudo capturar, y fue Jaminton Campaz quien primereó al defensor. El colombiano realizó una pared con Ignacio Malcorra, y definió suave al segundo palo para poner en ventaja al local.

 

En desventaja, el Rojo intentó remontar el partido. Con más actitud que juego, los dirigidos por Pedro Monzón empezaron a someter a los rosarinos, y por momentos lo lograron. En la primera parte, el Diablo estuvo a punto de irse igualado, pero Martín Cauteruccio definió en offside lo que era el 1-1.

El complemento fue de menor a mayor. Arrancó con un duelo parejo, pero poco a poco Independiente empezó a someter a Rosario Central, hasta monopolizar completamente el juego. Sobre el final, el partido se jugó en el área del adversario, entonces empezó el show de ellos. Jorge Broun empezó a sacar pelotas imposibles, las mismas que los alcanzapelotas comenzaron a esconder.

Aún así, el Rojo siguió intentando, y una vez más se ilusionó con la igualdad. Luego de un centro, la pelota le quedó a Cauteruccio, quien definió y empató el encuentro. Todo era euforia, pero el VAR llamó a Jorge Baliño: Otra vez, el delantero se encontraba en offside. Si, anulado, y el cotejo continuó 1-0.

Al final, la derrota fue injusta, aunque la reacción no tapa la realidad: Independiente sigue siendo un equipo malo, sin juego asociado y completamente inconexo, que recibe goles totalmente infantiles. Lo único positivo a rescatar, en esta ocasión, es la reacción en el final, y nada más. Ahora se viene el Clásico, el partido que todos quieren jugar y nadie quiere perder. ¡Jueguen y gánenlo por los hinchas que vienen bancando la situación!

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