Independiente arrancó con el pie derecho la segunda etapa del torneo superando por 3 a 1 a Olimpo. Con goles de José Valencia y dos de Martín Benítez, el conjunto de Mauricio Pellegrino ganó aunque sigue demostrando falencias en defensa y la falta de refuerzos de categoría. ¿Llegará alguno esta semana?
Fue un partido que tuvo varios altibajos. Independiente arrancó bien, con movilidad en ataque y buscando con pelotazos a las espaldas de los defensores bahienses para Valencia y Lucas Albertengo. La otra idea era aprovechar el tándem Benítez – Nicolás Tagliafico o el desequilibrio de Matías Pisano.
Sin embargo, el gol llegó a los 18 minutos gracias a una gran jugada individual de Jesús Méndez que eludió a un par de jugadores de Olimpo, se metió en el área y le cedió el gol a José Valencia. Parecía que Independiente había encontrado el camino y se encaminaba a un triunfo tranquilo y que traiga paz. Pero…
Olimpo llegó al impensado empate. Un mal rechazo, mil dudas y una salida del arquero que nunca llegó, le permitió a Joel Acosta marcar la igualdad parcial a dos minutos del gol del local. El golpe se sintió mucho. A Independiente le costó recuperarse. Mucho le costó.
Tanto fue así que recién sobre el final de la primera etapa contó con algunas chances para marcar la diferencia, sobre todo por arrestos individuales de Pisano. Sin embargo, se fue al descanso con algunos murmullos y un empate con sabor a nada.
En el complemento fue más de lo mismo. Un equipo que por momentos se desordenaba y no encontraba los caminos para dañar a su rival. Algo que logró cuando Claudio Aquino ingresó al terreno de juego por Valencia para tener más tenencia y juego en tres cuartos de cancha.
Y ahí fue donde apareció Martín Benítez que capitalizó un rechazo corto de la defensa de Olimpo, dominó la pelota y definió rasante para quebrar a Champagne. El Rojo se imponía en el resultado nuevamente. El 2-1 fue muy festejado y esta vez, al equipo no se le escapó.
Independiente se paró mejor. Se detuvo para pensar. Se cerró y se agazapó para la contra. Tuvo algunas y no muy contundentes ni de profundidad, pero en una de ellas volvió a surgir la figura de Martín Benítez. Iban 41 minutos de juego, Méndez descargó en Pisano que desbordó, cortó para el medio y le dejó la pelota al Misionero que encaró, se metió en el área y ante la salida del arquero definió con un gran derechazo.
