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Fiesta de despedida

gioda

En el partido que marcó el adiós de Miguel Angel Santoro, Independiente jugó un espectacular segundo tiempo y goleó por 4-1 a Newell’s, en Parque Patricios. Los goles los anotaron Leandro Gioda, quien volvió tras una larga inactividad, Ismael Sosa, Leonel Ríos y Hernán Fredes. Pepé tuvo su merecidísima ovación.

El primer tiempo fue altamente deficitario en cuanto a fútbol y jugadas colectivas se refiere. Ninguno de los dos equipos hilvanó un ataque trabajado, los pases eran intrascendentes y los pelotazos eran los protagonistas de la mediocridad hecha juego.  Otra vez Independiente demostró la improvisación en sus volantes de creación y no por no ser habilidosos, sino por no saber para qué lado ir. Newell´s se defendió y casi no  inquietó.

La primera de riesgo llegó justo a los 30 y la tuvo Ismael Sosa. Luego de un buen centro de Federico Mancuello por izquierda, Chuco cabeceó con los ojos cerrados y despilfarró una chance clarísima para abrir el marcador.

Lo mejor del Diablo estuvo en los pies de Mancuello y del Rolfi. Ríos se encargó de perder todas las pelotas que tocó, destruyó con sus imprecisiones, por momentos acompañado por Fredes. Lo más flojo del equipo, el sector derecho. La defensa se mostró firme con Gioda y Rodríguez.

Sin cambios en el arranque del complemento se observaba un panorama similar, sin embargo a los 2 minutos apareció Leandro Gioda, quien volvía de una dura lesión, y cabeceó a la red un gran centro de Mancuello. El Rojo se puso 1-0.

A los 7, Montenegro remató un tiro libre que se fue apenas arriba. Los minutos sucesivos fueron de ida y vuelta. Los dos tuvieron la chance de marcar, pero fue el Rojo el que comenzó a manejar y a llevar peligro.

Mancuello demostró porque es una de las mejores apariciones para el fútbol de Montenegro. Sus subidas desequilibraron y abrieron caminos. Fue sustituido por Emanuel Centurión a los 20 minutos, aplaudido y acalambrado.

En 7 minutos, desde los 22 a los 29, el partido tuvo de todo. El Rolfi habilitó a un Sosa que definió con un buen remate al segundo palo ante Peratta. Al minuto fue expulsado Spolli y cuando todo presagiaba un final tranquilo, fue Formica quien, tras la pifia de los dos centrales del Diablo, descontó a los 26. Resultado 2-1, horizonte incierto.

Sin embargo, ya con Gandín en cancha por Sosa, apareció Ríos. El Toti clavó un zurdazo en el segundo palo imposible de atajar. Dos minutos más tarde, a los 29, fue Fredes el que con un derechazo le rompió el ángulo a Peratta. Los dos volantes de peor rendimiento en la primera etapa fueron los que liquidaron el partido, cosas del fútbol.

Para el final quedaron los aplausos para Gioda (salió reemplazado por Puertas), un par de ocasiones en los pies de Gandín, la ovación para Pepé y, sobre todo, una muestra más de la irregularidad de un plantel que está formado por jugadores que por momentos dan vergüenza y por momentos dan para soñar. Lástima que siempre queda en eso… en un sueño que se come históricos, habilidosos y sobre todo ilusiones.

Gran cobertura:

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