Independiente no pudo con Liga de Quito en Avellaneda y se despidió de la Copa Libertadores en primera fase. Leonel Núñez, de penal, había abierto el marcador, pero la visita lo empató con una jugada aislada y un rebote en Julián Velázquez. Sobre el final, el Gordo metió un remate en el travesaño que hubiera significado la victoria. Chau a la octava…
Se acabó. En un partido que, contrariamente a muchos de los anteriores de la presente temporada, Independiente fue más que su rival y contó con chances clarísimas de gol, se terminó el sueño máximo que tenía este plantel y toda la gente roja en la presente temporada.
El Rojo no fue una maravilla ni mucho menos, pero sí dominó claramente el trámite del encuentro de principio a fin y lo tuvo en el bolsillo, pero una desatención en el fondo la pagó carísimo, no ligó una cuando fue (hasta el palo estuvo hoy en contra) y a otra cosa, Diablo.
De arranque, cuando no había pasado siquiera un minuto, la visita apuró con un remate lejano bastante complicado de Luis Bolaños que Fabián Assmann despejó con dificultad. Eso fue todo lo que hizo Liga en la primera etapa.
Después fue todo de Independiente, que no arrolló pero sí manejó el ritmo y comenzó a llegar con peligro al arco de LDUQ. Primero, buen desborde de Iván Pérez y Domínguez que cortó cuando entraba Andrés Silvera por el medio. A los 17, Patricio Rodríguez se sacó a un par de hombres de encima y metió un buen remate de afuera que se fue muy cerca del arco ecuatoriano.
Y a los 24, cuando Independiente iba e iba pero sin ideas, llegó la apertura del marcador: claro penal a Galeano tras un remate de Núñez, quien estaba fuera de juego antes de rematar, y gol del Gordo para poner el merecido 1-0.
Con el tanto, Liga mostró un atisbo de reacción pero nunca encontró la manera de pisar aunque sea el área de Fabián Assman. Independiente, por su parte, tuvo una más con un tiro de afuera de Silvera que se fue cerca.
Al inicio del complemento, el Rojo bien pudo haber liquidado el pleito con dos jugadas seguidas que finalizaron con sendos cabezazos de Julián Velázquez que se fueron muy cerca del arco de Domínguez.
Y a los 12, cuando Independiente no pasaba sobresaltos y buscaba el segundo gol, llegó el baldazo de agua fría: desatención en el fondo, Barcos que se le escapa a Tuzzio, tira el centro y el balón rebota en Velázquez y va al fondo del arco. 1-1 casi sin llegar al arco.
A partir del tanto, Liga se replegó totalmente en su campo y le cedió terreno y balón a un Independiente que fue como pudo. Y pudo bastante, porque contó con cuatro chances claras de gol para desnivelar, pero no se le dio.
Facundo Parra pateó ancho cuando estaba ingresando al área, Núñez disparó de afuera y el remate se fue cerca y Silvera, de sobrepique tras un rechazo de un hombre de Liga, también la tiró afuera. Sobre el cierre, con todo el equipo jugado en ataque y Mareque como único y último hombre, Independiente tuvo una chance más, pero el buen remate de Núñez se estrelló en el palo. Y chau sueño.
Con sus limitaciones y lesiones a cuestas, este Independiente luchó hasta el final como pudo en busca de una victoria que le fue esquiva y que lo dejó herido de muerte en la Copa Libertadores, justo en el Libertadores de América. El sueño máximo ya se esfumó y ahora no queda otra que ganar y ganar en el Clausura…
[poll id=”220″]
