Con un terrible zapatazo de más de 50 metros Marcelo Vidal marcó el único tanto del partido con el que Independiente le ganó 1-0 a Patronato en Paraná y quedó, hasta el partido de Crucero del Norte, en la tercera posición. Sí, en Ascenso por primera vez.
Era el cierre de la primera rueda de la B Nacional. Independiente tenía que ganar porque ya lo había hecho Banfield y para meterle presión a Crucero del Norte y alcanzar así la zona de ascenso por primera vez en lo que va del torneo. Y así lo hizo. Le costó y mucho. Lo ganó por la excelente pegada y la confianza con la que está atravesando Marcelo Vidal. Sí, el Toro marcó un gol que quedará en la retina de todos, aunque sea en la B.
En el arranque del juego, Patronato sorprendió con mucha presión, velocidad para atacar y agresividad. Así fue que hubo dos jugadas claves en las que Diego Rodríguez sacó a relucir su buen momento para continuar con su arco invicto. Primero en un mano a mano a Comas y luego con mano cambiada volando bien alto para tirar un cabezazo directamente al tiro de esquina.
Sí, ya a los 10 minutos el Rojo se veía asediado con la presión que proponía Patronato. No podía manejar la pelota con tranquilidad en el mediocampo y, por lo tanto, le costaba hacerse dueño del juego. Parra quedaba muy lejos para llevar peligro.
Recién a los 16 minutos hubo una interesante jugada colectiva que terminó con una pared entre Parra y Pisano, en la que este último remató al arco, pero la pelota dio en un defensor y se fue al tiro de esquina. Independiente de a poco empezaba a crecer en el terreno de juego y los que la tenían eran los de arriba. Es más, a los 20 Marcelo Vidal metió un cabezazo que salvó Bertoli con una estirada providencial para mantener la igualdad en cero.
A los 32 minutos el que probó fue Miranda pero se fue desviado. Al Rojo le costaba entrar. Patronato había bajado el ritmo, pero preocupaba con la contra. De todas maneras Independiente era el que más tenía la pelota, aunque no tenía profundidad. Por momentos existían imprecisiones en ambos equipos. Esto hizo que el primer tiempo se fuera sin goles porque el local casi lastima en el comienzo pero chocó con el Ruso y el visitante, no dañó más allá de la pelota parada.
En el complemento Independiente intentó meter a Patronato en su arco, pero de a poco se fue quedando. El partido parecía perderse en una nebulosa por momentos. Poco se hacía. Quizás alguna aproximación, pero no se veía una identidad. Para colmo ni Miranda ni Pisano podían hacerse dueños del fútbol y el Rolfi estaba solo. Así De Felippe metió mano en el equipo y la cosa pareció cambiar un poco.
A los 30 minutos Francisco Pizzini se escapó por izquierda, ingresó al área y desde una posición abierta remató débil al primer palo. Independiente quería ganarlo, pero… casi lo pierde. Un ataque rápido de Patronato derivó en un centro pasado al área chica que encontró mal parado al Ruso que, pese a todo, saltó para molestar y lo logró. El cabezazo se fue ancho.
Después poco hubo para resaltar. Todo iba camino a un empate en cero que para la estadística del Ruso Rodríguez seguía sumando, para la de De Felippe también por el punto conseguido, pero no para las reales aspiraciones de un plantel que tiene como obligación ascender.
Claro que nadie contaba con la excelente pegada de Marcelo Vidal. Ojo, tampoco nadie tenía en su cabeza que el Toro se tenía tanta confianza para darle desde atrás de la mitad de la cancha. Sí, justo desde el círculo central. Loustau marcó tiro libre para el Rojo. Nadie de Patronato se puso delante de la pelota porque la misma se ubicaba a más de 50 metros del arco de Bertoli. Sin embargo, el 5 de Independiente le pegó con gran calidad y la clavó bien arriba, sin que la pelota pique. Sí, directamente a la red para el 1-0 y la locura total.
Con ese terrible golazo a los 43 minutos del complemento el Rojo termina la primera rueda con un triunfo trascendental en Paraná que le permite pasar el sábado en zona de ascenso y si Crucero no gana, arrancar la pretemporada bien cerca de Banfield y de Defensa… ah! Y en ascenso.
