Gabriel Milito hizo un gran partido ante San Lorenzo, justo el de su despedida del Libertadores de América. Ovación, plaqueta y un recuerdo imborrable en cada hincha del Rojo.
Era su día. Nadie lo quería ver, pero nadie quería faltar. Cuando en la semana anunció su retiro miles de corazones dejaron de latir unos instantes. Muchos ojos derramaron esa lágrima de dolor incesante. Todas las almas del Rojo supieron que un hijo de la casa se iba con todo lo que eso significa en el día del Padre.
Cuando salió a la cancha la ovación fue instantánea. La demostración de cariño hacia el Mariscal tomó sobre dimensión ante cada cruce. Ese instante en el que estuvo caído por la patada de Ortigoza hizo temblar las ilusiones de verlo un rato más. Pero Milito quería terminar el partido y así lo hizo.
En el segundo tiempo con la inocente expulsión de Julián Velázquez se vistió de héroe y buscó en cada cruce, en cada cabezazo defensivo dejar todo por la camiseta que ama. Por la que nosotros amamos y nos vemos representados en su cariño hacia el club. El resultado final no pudo ser el mejor, la igualdad en cero y haber jugado con un futbolista menos durante el segundo tiempo le impidieron volar.
Ya no pudo cruzar la cancha e ir a buscar algún tiro de esquina para regalarse la hermosa sensación de gol en su garganta. No importa Gaby, siempre estarás en nuestros corazones, por siempre. Y, por suerte, en nuestros libros, porque fuiste campeón y sos el Gran Capitán. Naciste Mariscal, jugaste como Mariscal y te retirás como Mariscal. Gracias.
Por último, recibió una plaqueta de parte de Cantero en nombre de todos los hinchas y socios del Club Atlético Independiente. Cerró el partido jugando y dejando todo, ovacionado y aplaudido de pie por todos los hinchas. Levantó sus brazos, se le llenaron los ojos de lágrimas, agradeció, besó el césped y se fue por la boca del túnel hacia el vestuario.
Habrá que ver si todavía su vida futbolística le regala un nuevo capítulo en Victoria ante Tigre. Lo cierto es que las puertas del Club siempre estarán abiertas para vos Gabriel Milito, un tipo que demostró amor propio y amor por la camiseta. ¡Gracias Mariscal!, lo mejor por siempre.
