Sin dudas que son momentos de cambios radicales, desde lo institucional hasta lo deportivo. Y está bien que así sea porque es lo que requiere un club en ruinas como está Independiente.
En este panorama es necesario analizar con firmeza lo hecho en casa. Sí, señores es hora de priorizar los recursos de las inferiores del club. Más aún ahora que llegan, algunos, de la mano del Mariscal Gabriel Milito.
Considerando el riesgo que acarrea afrontar lo que viene con pibes, sea Primera División o nuevamente el torneo de la B Nacional, es importante que, a la hora de analizar, se coloque en la balanza todos los fracasos que viene padeciendo el hincha con los famosos “hombres experimentados” que salvo ciertas excepciones suelen desaparecer y terminan dando la cara los pibes.
Así las cosas y remarcando que con jugadores de nombre, élite o experiencia – como quieran llamarlos – los resultados son magros, dan como consecuencia un nuevo fracaso, más allá si se da o no el ascenso, y el presupuesto anual alcanza los 40 millones de pesos la situación es para plantearlo firmemente.
Jugadores de la talla de Diego Rodríguez o Federico Mancuello, que realmente juegan entendiendo la importancia del club porque así lo adquirieron durante todas las inferiores deben ser el parámetro fundamental para seguir y guiar a los nuevos por el mismo camino. Hay que crear el sentimiento de la pertenencia, lo que llevan en la sangre tipos como Milito. Y, a partir de ahí darle la chance, la continuidad y la responsabilidad de vestir estos colores. Con orgullo, compromiso y honradez.
El hincha tendrá que ser paciente. Pibes como Jorge Nicolás Figal son apariciones que no se deben desaprovechar. O los casos de Sergio Ojeda o Francisco Pizzini. Ni hablar de los dos volantes centrales que pasaron por arriba a las incorporaciones, Franco Bellocq y Marcelo Vidal, dos tipos que demostraron estar a la altura. Y no hay que olvidarse de los aportes del Selectivo cuya propuesta ilusiona a cualquiera, con jugadores como Buter, Wilson Núñez, Cañete – sparring del Seleccionado de Alejandro Sabella -, Gamarra y hasta el mismo Del Castillo, hermano de Sergio Agüero.
Es un riesgo muy grande el que conlleva, no por las condiciones de los chicos sino por su corta experiencia y los apuros de triunfo que hoy marcan casi todos los aspectos de la vida humana. Sin embargo, yendo para atrás siempre en Independiente un campeón tuvo como abanderado alguien bien arraigado al club. Lo fue el Bocha, lo fue el tandem formado por Rotchen-Garnero-López-Rambert y también el gran Mariscal, entre muchos otros.
Será cuestión de pensarlo y jugársela. Estamos a tiempo y hay que verlo como una salida económica y un posible camino de regreso a las fuentes. Lleva trabajo, dedicación y responsabilidad, pero los logros siempre serán más fructíferos y llenarán de orgullo a muchas almas entristecidas.
