Himno del corazón

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30 diciembre, 2009

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“Yo soy así, del Rojo hasta morir, de la cuna hasta el cajón te voy a seguir”… y así fue una vez más. El hincha de Independiente se hizo presente en todo este 2009, en los altibajos del Clausura y en la ilusión del Apertura. Primero con la historia viva de Pepe y luego con la felicidad más reciente del Tolo. Un repaso anual.

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Sin destino propio, el estadio de Huracán fue el lugar que eligió el dirigente de Independiente allá recién comenzado el 2009. Se recibía al que luego sería el campeón del torneo, Vélez. La popu llena, el partido más flojo que entretenido y un equipo que de arranque demostraba lo que se presagiaba. Mucha irregularidad, poco compromiso en algunos jugadores y una relación tirante, por momentos, con el buen fútbol.

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Ese año los clásicos fueron repartidos. En la tercera fecha, la fiesta de Avellaneda se mudó a Parque Patricios y pese a los gorros amarillos de obra, las cargadas tuvieron el mismo destinatario y la cabeza de Pusi más el pie del Rolfi desgastaron a un tribuna visitante que hasta sufrió la rotura de un telón. Al toque, dos fechas después fue Boca el que sufrió a Montenegro, quien con una obra magistral desató la locura y la historia en la tribuna se comenzaba a dar vuelta: “Hijos nuestros, hijos nuestros”.

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La inestabilidad del equipo no mermaba en la cantidad de público. Goleadas sufridas y victorias ampulosas en el resultado, todo era una continua variación de rendimiento. Uno de los golpes más duros fue la vuelta del Tolo en Lanús con goleada inclusive. El 5-1 de los de Zubeldía provocaba un fuerte dolor en el plantel y la división tanto en el tablón como en el campo de juego.

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Partidos memorables, como la victoria ante Tigre permitían ilusión y apoyo al conjunto del Tolo. Sin embargo el mazazo otra vez caía fuerte en medio del tablón, como la goleada 5-1 ante Estudiantes. La derrota con River, la caída ante el Ciclón (ovación al Cuqui inclusive) y la vapuleada que Banfield le otorgó (5-0 como visitante) fueron el detonante para que el lazo entre hincha y jugador llegara a su clímax. Banderas, insultos y cánticos en repudio fueron la escena final del torneo. La relación estaba rota y para eso se necesitaba una limpieza, caras nuevas y motivación para todos.

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Así fue que en el segundo semestre con la partida de muchos y la llegada de pocos se renovaba el crédito. Pero, ¿cuánto duraría, más aún sabiendo la ausencia del Rolfi, el único soldado que servía para otra guerra? Todo era incertidumbre, pero con la fuerza del Tolo, la llegada del Cuqui y un par de esperanzas más, el Rojo copó Lanús y arrancó la ilusión.

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La Fortaleza granate fue la casa (prestada) por algunas fechas. Entradas agotadas en todas las canchas, como contra el Pincha en la derrota 2-1 o en la goleada ante Atlético en Tucumán. Sin embargo fue en la fecha 5 con el empate agónico ante Vélez que la gente se empezó a enamorar del equipo, más aún tras el triunfo en el cilindro 2-1, festejo en el primer clásico del Clausura.

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Hay que destacar que en esa jornada que culminó con fiesta roja nuevamente, la banda de Independiente tuvo un altercado al entrar al Cilindro y unos días después también fue protagonista de un hecho en el mismo lugar. El otro instante de tensión se vivió en River, más precisamente en la entrada al Monumental.

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La remontada ante Tigre y el histórico triunfo ante River por 3-1 superaban las expectativas. Las ubicaciones no alcanzaban, el ansioso regreso a casa era una realidad y el equipo, también.

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Los goles de Gandín y las apiladas de Mareque los enaltecieron entre plateístas e hinchas de la popular. El “Pelado” Gómez era la carta de desequilibrio, Silvera recibía ovación tras ovación, Piatti mantenía en vilo a más de uno y Acevedo junto a Matheu y Galeano se robaban todos los aplausos por su entrega. Había un lenguaje en común entre plantel y seguidores.

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El empate ante Chaca y la derrota en Rosario, pese al gran apoyo en el Gigante de Arroyitos, fueron un duro golpe. Sin embargo, lo ansiado por muchos llegó un día. Sí, la vuelta al hogar, ante Colón. Los nervios, la nostalgia, el asombro, la bronca dibujada en una sonrisa y la sensación tan hermosa e inexplicable de sentirse otra vez en CASA. El partido terminó en victoria 3-2, con un Piatti inspirado y un Silvera cada vez más jugador. La gente regaló una noche inolvidable de gritos ensordecedores y abrazos de júbilo… interminables por cierto.

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La lluvia cayó fuerte en Sarandí y la derrota pegó en los hinchas que volvieron a copar, sin importar diluvio alguno. El triunfo agónico en la cabeza de Tuzzio ante Gimnasia, mantenía viva la esperanza de ilusión y el invicto perfecto en el Libertadores de América. Al Nuevo Gasómetro se encolumnaron los trapos, la gente y el anhelo. El festejo final, la goleada 3-0 ante el Ciclón y un fútbol de alto vuelo desataron la locura.

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Sin embargo, otra vez la irregularidad y la fiesta manchada por la mala suerte. Banfield, el campeón al final, se encontró con un gol en contra y el Libertadores de América se enmudeció por primera vez, cayó y perdió su invicto.

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Más allá de los reconocimientos que fue entregando la hinchada del Rojo en las últimas fechas y el aliento incesante sólo queda por resaltar dos hechos importantes. Uno, la bandera de agradecimiento al Kun, Sergio Agüero, desplegada en el empate en uno ante Argentinos Juniors.

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El segundo, el gran triunfo histórico en la Bombonera. Ver la última bandeja copada por ese color rojo intenso de miles de almas que alentaron hasta la afonía, empapados por los latidos de un corazón que iba a mil, fue impactante. Los hinchas apoyados por el amor a un club, demostrado en un canto, en un trapo, en una camiseta.

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InfiernoRojo lo vivió desde el corazón de la tribuna misma, ahí pegadito a los hinchas que vivieron intensamente un partido que los hizo pasar por todos los sentimientos posibles, porque para ellos el Rojo es eso, la vida misma. Y, si bien nadie asegura nada, en 2010 otra vez estarán allí, firmes en el hormigón de cualquier estadio argentino alentando a Independiente, como dicta el corazón…como nos lo dicta nuestra historia.

// LA COBERTURA DEL ÚLTIMO SEMESTRE EN DETALLE //