Independiente perdió 1-0 ante Rosario Central. El gol lo marcó Hernán Encina en el primer tiempo y el Rojo nunca pudo darlo vuelta. Le falta profundidad, gol y presencia en defensa. Para colmo se lesionó el Rolfi, aparentemente un esguince.
Esta derrota se suma a la dura goleada ante Racing y el empate ante Newell´s. Todavía no hizo goles en lo que va del 2014 y está lejos de parecerse a un equipo competitivo.
Independiente salió a la cancha y fue sorprendido por Miguel Angel Russo. Es que su equipo, Rosario Central, presentó un ritmo vertiginoso en el arranque, apretó bien arriba sobre la salida de los defensores del Rojo y complicó así. Estos movimientos se extendieron durante casi los primeros 25 minutos de juego. Allí el Canalla sacó la diferencia que le valió el triunfo.
Los de Omar De Felippe sólo habían preocupado con una pelota parada. Central, hacía tiempo que golpeaba las puertas del área del Ruso Rodríguez y en una contra logró llegar a fondo. Una salida rápida de izquierda a derecha fue la clave. Castillejos recibió en la puerta de la media luna y en vez de pegarle al bulto, aprovechó la mala salida de Villalba y el quedo de Velázquez y Tula para habilitar a Hernán Encina. El Sapo le pegó de volea y su remate se clavó en el techo del arco, infló la red y marcó el 1-0 que le sirvió para ganar el juego.
Iban 16 minutos y Central se adelantaba en el marcador. Independiente mostraba muchas falencias en la última línea, mientras que lo que realizaba en ataque era pobre, carente de ideas. Símil a un equipo de aficionados.
Claro está que el déficit que no se nota y que es clave es el paupérrimo rendimiento del mediocampo. Miranda, que casi no hizo una bien; Alderete que no corta ningún ataque; Zapata que corre mucho, pero no tiene criterio para terminar las jugadas y le cuesta en la recuperación; mientras que el Rolfi y Pisano demuestran su calidad, pero no la pueden usar para dañar.
Recién en el cierre de la primera etapa Independiente pudo haber empatado de no padecer la falta de gol. A los 42 minutos tras un doble remate de Montenegro la pelota derivó en Zapata quien con un movimiento amateur la tiró afuera. Pisano tuvo algunos ataques individuales pero no pudo doblegar la seguridad del arquero de Central.
El complemento comenzó con una falla de Tula que resolvió bien Rodríguez y mantuvo las aspiraciones de su equipo. Tanto es así, que a los 49 Pisano a la salida de un tiro de esquina remató bajo al primer palo. Fue el inicio de lo que sería una etapa claramente dominada por Independiente, pero que nunca contó con la profundidad necesaria para hacer goles.
De Felippe metió mano en el equipo. Ya el Rolfi había dejado el campo de juego lesionado y los de arriba salieron a presionar. Así se pudo ver que el partido se mudó a tres cuartos de cancha del lado de Central. Desbordes de Zapata y Vallés, jugadas que se diluían en la puerta del área, sólo demostraban la falta de ideas y de contundencia que hoy padecen los de Avellaneda.
Para el final se pudo haber empatado, pero Menéndez le pegó de punta sin dirección, Pizzini no alcanzó a conectar un pase del Polaco y más tarde fue Miranda el que quiso dominar y no pudo definir. Claro está que Central de contra casi lo liquida. Echenique no le dio un penal al Canalla y fue Carrizo quien sobre el final tuvo dos chances. En una de ellas se sacó de encima a Vallés y a Tula, pero a la hora de definir, se fue apenas abierto.
Así, Independiente volvió a caer en el verano. Esta vez fue en Córdoba, pero nuevamente demostró que ante un equipo de Primera se presenta flojo y tibio. Falta jerarquía y capacidad, para la B Nacional quizás alcance pero si ascendemos…