El mediocampista habló de su nuevo despertar tras la lesión y marcó profundos conceptos como referente de un plantel joven. ¡Mirá!
El 7 de agosto del 2019, en el partido de ida por los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante Independiente del Valle, Pablo Hernández sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior y se perdió el resto de la temporada. El Tucu atravesaba su mejor nivel en Independiente y era el mejor jugador del equipo que dirigía Sebastián Beccacece. Luego de un año, el volante palpita el regreso, con Lucas Pusineri al mando.
“Nunca pensé en retirarme. Los que me conocen saben que mi camino siempre fue difícil. Y todo lo que te pasa cuando sos chico, después te ayuda en la vida. Siempre traté de ser fuerte en todo sentido: cuando me faltaba para el colectivo para ir a entrenar, cuando me faltaba para comer algo. Son enseñanzas que después ves de otra manera”, expresó el Tucu, quien no pensó en abandonar el fútbol tras su dura lesión.
En la misma línea, continuó: “A los tres días después de operarme yo ya estaba en el club. El hambre y el deseo de volver a jugar están intactos. Sé que fue una lesión muy importante, complicada. Nunca me había pasado más que un esguince de rodilla. Me tocó a esta edad y lo acepté. Me puse a full a trabajar en doble turno para la recuperación. No me quejo porque ahora me siento bien y estoy en el club que quiero estar”.
En cuanto a cómo le tocó atravesar el momento económico del club, señaló: “Fue difícil. Hubo muchos atrasos. Uno sabe cómo está el país y que no es fácil mantener a un grupo con contratos altos. Se entiende, pero uno también quiere lo suyo, que es lo que se ha firmado. Es parte del trabajo y todos queremos cobrar lo que nos pertenece. Ahora el club dio un paso muy grande, nos acomodó las cosas, hizo un gran esfuerzo y nosotros queremos devolverle ese esfuerzo”.
“Hablé con algunos de los que se fueron. Yo como compañero quería que continuaran, llevamos dos años juntos y formamos amistades. Pero cuando se toma una decisión así es algo personal y hay que dejarlo fluir. Si ellos no querían estar por equis motivos hay que respetarlos. Ahora a nosotros nos toca pensar en los que quedamos y en lo que va a venir”, admitió el volante del Rojo en charla con el diario Clarín.
Sobre el éxodo de referentes, Hernández aseguró: “Los más grandes debemos pensar en los chicos para que puedan sentirse importantes y que el lugar que se han ganado, porque se lo han ganado, lo hagan valer. En mi caso, en el caso del Chino Romero y del Perro Romero, tenemos que ser conscientes de esa responsabilidad que nos toca. Hay que marcarles el camino”.
En cuanto al clima que vive el grupo con la vuelta a los entrenamientos, esclareció: “A la mayoría los noté felices de volver. Noté un clima bastante bueno, lleno de ilusión. Lo que pasó, ya está. Queremos pensar en lo que viene con los que estamos. Hay chicos como Alan Franco y Fabri Bustos que tienen muchos partidos, que son del club y que quieren lo mejor. Tratamos de dar un mensaje positivo y de no hablar más de lo que pasó. Estamos contentos de volver a entrenar y de poder jugar pronto. Es un poco raro no tener contacto con los compañeros”.
“Se fueron jugadores importantes. Sin dudas, sería ideal si se pudieran reforzar las posiciones en las que hubo salidas. Pero si nosotros captamos la idea creo que podemos ir por buen camino. La diferencia entre un equipo que tiene una buena idea de juego en comparación con otros equipos con grandes nombres ya no se nota. El fútbol moderno ya no se gana con grandes nombres; se gana con ideas y con intensidad”, explicó el tucumano sobre la candidatura de Independiente en la Copa Sudamericana.
Al concluir, el jugador de 33 años aclaró que peleará por ganarse un lugar: “Yo quiero estar en el equipo y ganarme un lugar. Quiero que el técnico cuente conmigo. Quiero volver a sentirme importante en el equipo. Sé que vengo desde atrás, es una carrera que vengo corriendo desde atrás. Nadie me va a quitar el deseo y el hambre que tengo de volver a jugar. Trabajo para ser parte del equipo titular”.
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