El Rojo cayó ante el rival de siempre en una nueva edición del clásico, pero este partido se entregó en la semana. ¡Hay que ocuparse!
Independiente es un club acéfalo desde lo institucional como lo deportivo, donde si bien es innegable que el Orgullo Nacional llegó al encuentro ante Racing con numerosas bajas por este maldito Covid-19, pero el partido se comienza perdiendo desde mucho antes.
Comienza perdiendo desde que hay arrogancia en el club, creyendo que se puede dirigir a la institución más inmensa de América a cuenta gotas y a distancia. Teniendo a gente que se encarga del día a día –y lo hace mal- pasando informes que no son realistas a un presidente que se encuentra en otros asuntos. Independiente lo pierde desde que se deja ir a un tesorero que llevaba las finanzas con buen tino y no se trae a otro.
Desde que entran representantes y gente que mete futbolistas por miles de millones de dólares y endeudan a la institución. Eso si, hay una realidad irrefutable, está comisión directiva sufrió una persecución muy dura por el gobierno de la nación de Mauricio Macri, siendo marcados duramente.
Dicha persecución, los relegó un poco y en parte con justa razón, pero si no se puede estar hay que delegar y confiar en gente capaz, no pueden hacer todo dos o tres personas. Independiente pierde cuando la gente que iba al estadio, cuando se podía, y al ser repudiado por toda la cancha, aseveras que: “Fueron cuatro gansos”.
Independiente comienza a perder el clásico con Racing cuando su presidente se ausenta por 8 meses en la pandemia y solo habla en los medios de política nacional y los intereses de su gremio. También, se pierde cuando tiene peso para pausar un país y movilizar miles de personas, pero no para imponerse en AFA. ¡Háganse cargo del club que representan!
