El Rojo fue superior durante gran parte del encuentro, pero se dejó estar y empató 1-1 con Lanús en Avellaneda.
Independiente venía de una dura derrota con Arsenal, y en el horizonte asomaba Lanús. A priori un partido difícil, pero no lo fue más de lo que se complicó el Rojo.
De arranque, los dirigidos por Ricardo Zielinski mostraron credenciales. Con un mediocampo aceitado, se adueñó de la pelota y dominó fácilmente al Granate. Ellos, por su parte, intentaron de contra.
Tal fue así que, a los doce minutos, llegó el 1-0. Luego de un remate de Sergio Ortíz al medio, Lucas Acosta dio un rebote y apareció Martín Cauteruccio para poner en ventaja al local. Euforia en Avellaneda.
De ahí, todo fue de Independiente. Tal vez con algunos momentos de zozobra y otros donde realmente era dominador, pero el Rojo fue el que finalizó mejor la primera parte.
El segundo tiempo había arrancado bien, con el Diablo mejor. Para sumarle al buen momento, Luciano Boggio simuló y se fue expulsado por doble amarilla. El local con uno más.
Sin embargo, poco a poco el equipo se fue quedando, y Frank Kudelka hizo ingresar a José Sand. Regresaban los fantasmas de partidos anteriores, más cuando el más grande llegaba y no concretaba.
Así fue que, llegando el final del encuentro, Luciano Gómez puso la mano y le dio un penal imposible de desperdiciar a Lanús. Sand, con toda su experiencia, definió de forma excelsa y no le dio chances a Rodrigo Rey. 1-1.
De esta manera, una vez que Hernan Mastrángelo pitó el final del duelo, Independiente dejó pasar dos puntos de oro. Había hecho un buen partido el Rojo, pero se dejó estar y le empataron. A hacer una fuerte autocrítica y mejorar con Godoy Cruz.
