El empate del viernes ante Gimnasia, a nada del final, fue una muestra más de las complicaciones que tiene el Rojo para cerrar los partidos.
Independiente empató ante Gimnasia por 1 a 1 y dejó pasar una nueva chance de sumar de a tres. En líneas generales, el equipo de Ricardo Zielinski no tuvo un mal partido. De hecho, parecía que iba a lograr la primera victoria de visitante desde que inició el ciclo del Ruso, pero a nada del final vio como esa posibilidad se esfumó. Benjamín Domínguez le comió la espalda a Luciano Gómez y firmó el empate. Lo preocupante es que no es la primera vez que el Rojo pierde puntos por no saber cerrar un partido.
Para analizar esta situación, desde InfiernoRojo tomaremos como referencia los partidos en los que a Independiente le empataron o le ganaron faltando aproximadamente 10 minutos para la finalización.
Para el primer ejemplo debemos remontarnos a la fecha 8 del campeonato. En aquel momento, el equipo aún era dirigido por Leandro Stillitano y se enfrentó a Colón. El primer gol del partido fue convertido por Santiago Pierotti, pero 15 minutos después Martín Cauteruccio, de penal, lo empató. A los 80, Matías Giménez, también de penal, puso al Rojo en ventaja. En el minuto 6 de los 9 agregados por Nicolás Lamolina, Baltasar Barcia tocó una pelota con la mano y, tras la revisión del VAR, Ramón Ábila, a los 56 minutos, marcó la paridad.
Dos fechas más tarde, ya sin Stillitano y con Pedro Monzón en el banco, el rival fue Estudiantes. El Pincha se puso arriba a los 5 minutos del complemento con gol de Jorge Rodríguez y sostuvo la ventaja poco más de media hora. Es aquí donde ocurrió una situación insólita: Zaid Romero a los 39 minutos se convirtió un gol en contra, pero tan sólo un minuto más tarde fue al área de Independiente y dio vuelta el partido. Es decir, la posibilidad de sumar un punto se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.
Bajo la conducción del Ruso Zielinski, este déficit ocurrió en tres oportunidades. La primera vez fue en la fecha 15, cuando Independiente fue a la Paternal y jugó un buen partido. Con goles de Sergio Ortiz, cuando moría el primer tiempo, y de Martín Cauteruccio, a los 20 minutos de la segunda mitad, los tres puntos estaban en el bolsillo. Pero todo lo que bueno que se había logrado se tiró a la basura a 12 minutos del final. Edgar Elizalde, quien había ingresado desde el banco, cometió un infantil penal y Gabriel Avalos descontó. Y solamente cuatro minutos después, tras una desatención en una pelota parada, Leonardo Heredia logró que el Bicho se quede con un punto.
Ante Lanús, en la fecha 18, Martín Cauteruccio pasando los 10 minutos de partido marcó para Independiente y el resultado reinó en la mayor parte del encuentro, pero el síntoma de no saber aguantar se volvió a hacer presente. A falta de 3 minutos para el final, Luciano Gómez intentó evitar que Tomás Belmonte, quien estaba en posición de gol, remate con claridad, pero la pelota pegó en su mano. Hernán Mastrangelo fue llamado por el gol y terminó cobrando penal. A los 48 minutos, José Sand puso el 1 a 1.
De las cinco oportunidades en la que Independiente perdió puntos sobre el final, tres fueron en el estadio Libertadores de América (Colón, Estudiantes y Lanús) y las otras dos (Argentinos y Gimnasia) en condición de visitante. Lo más preocupante es que el equipo cometió penales o desatenciones por retrasar tanto sus líneas que fue sometido por sus rivales.
En cuatro oportunidades, el Rojo se encontraba en ventaja. Es decir que, de 12 puntos posibles, en caso de haber sostenido el resultado, terminó obteniendo solamente 4 unidades. Contra Estudiantes, el único en el que estuvo abajo en el marcador y logró emparejarlo, se podría haber quedado con un punto, pero terminó con las manos vacías.
Hoy en día, el Rojo suma 25 puntos en la Liga Profesional. Imaginando que, de los 15 puntos que repartían los 5 partidos que repasamos, sumaba esas 13 unidades, la cantidad de puntos totales serían 38. Es decir que, se ubicaría aproximadamente en la séptima posición (zona de Copa Sudamericana) del campeonato. Sin dudas, cerrar los partidos de forma inteligente es un punto clave a mejorar para poder tener una mayor ambición.
