Un conservador Independiente, que casi ni inquietó a Cristian Luchetti, cayó por 1-0 ante Banfield en Avellaneda, con un gol agónico de Víctor López. El equipo de Miguel Angel Santoro jugó muy mal y sumó su quinto partido en fila sin ganar como local. Cada vez más complicado…
Si no hubiera sido por Fabián Assmann, quien atajó en gran manera pero sin embargo tuvo una cuota de cupla en el gol visitante, la derrota hubiera sido más abultada. ¿El resto? Nada de nada. Ni fútbol, ni ideas, ni actitud. Absolutamente nada, absolutamente preocupante.
Luchetti fue un espectador de lujo en la tarde-noche. Con un planteo mezquino con tres volantes de contención, apenas un perdido Leonel Ríos por delante junto con Daniel Montenegro (no tuvo una buena tarea) y Darío Gandín solísimo arriba, es difícil que la mano cambie. No de casualidad Independiente es, junto con San Martín, el equipo menos goleador del certamen, con apenas 13 goles en 17 partidos.
Si los árbitros cobran o no un penal, en este caso, es anécdota. Porque en los 90 minutos Independiente no hizo mérito alguno para llevarse los tres puntos y Banfield, que fue un poco más, se llevó el triunfo sobre el final, luego de un corner y una floja salida del arquero, quien quedó a mitad de camino.
Los análisis, a esta altura, están de más. La defensa volvió a mostrar su peor versión (Puertas le puso actitud), el mediocampo, salvo momentos de Calello, estuvo pintado, y los de arriba, aparte de apagados, estuvieron solos. Y ojo, que desde afuera tampoco llegan las soluciones…
¿Cómo se sale de ésto? ¿Pepé podrá cambiar la historia? Preguntas que nadie puede responder, pero que seguramente resuenan en la cabeza de todos los hinchas de Independiente. Lo único positivo de todo esto es que sólo faltan dos fechas para el final de este horrible torneo. Ojalá que pasen rápido.
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COBERTURA INFIERNOROJO
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