La relación entre Américo Gallego y Ernesto Farías está rota. El delantero quiere dejar el Club, pero lo cierto es que la continuidad del DT no es un hecho y depende del partido ante Unión de Santa Fe.
Américo Gallego y Ernesto Farías parecen haber llegado a un punto irreconciliable en su relación. El DT no sólo lo sacó del equipo, luego de ponerlo en el segundo tiempo ante All Boys, sino que además no lo concentró. El DT y el jugador no se hablan y es consecuencia de un desgaste que se viene prolongando.
La ruptura comenzó a gestarse desde la pretemporada, con la llegada de Daniel Montenegro y la decisión de Gallego de otorgarle la capitanía que, hasta entonces, era del 9. ¿Para tanto? Si. Al delantero le molestó que el DT no le comunicara personalmente la determinación. Luego continuó desgastándose con los bajos rendimientos y la banca de Gallego, que más tarde se haría insostenible. “Se sacó sólo”, se escuchó en los pasillos.
Puertas adentro, todos coinciden en que el delantero no volverá a tener un lugar en el equipo. Pero también es cierto que la continuidad del entrenador no está asegurada. Todo indica que de no conseguir un triunfo ante Unión de Santa Fe, el Tolo daría un paso al costado, lo que le abriría nuevamente las puertas a Farías para pelear por un lugar.
Adrián Castellano confirmó en los últimos días que al delantero le llegó una oferta, pero fue él mismo quién aseguró no querer irse. “Ni loco me bajo de este barco”, aseguró Castellano que fueron las palabras de Farías. Gonzalo Mayo, abogado del Tecla, charló con InfiernoRojo Radio y desconoció el interés del delantero de irse del Club: “Hablé con Ernesto y los dirigentes, pero por otras cuestiones menores”. Sin embargo, off the record, desde Avenida Mitre confirmaron que el delantero habría pedido la recisión y se le fue negada.
Ni Gallego parece aflojar ni Farías poner su mejor predisposición para resolver el conflicto. ¿Acaso pesan más sus orgullos personales que la situación actual del equipo? Todo parece indicar que si, al menos en este caso puntual. No gana ninguno. Y pierde Independiente.
