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La ansiedad nos nubla y nos mata

 

Independiente no jugó bien. Mejor dicho, después del 1 a 1, tras la expulsión de Ledesma y con algunos cambios, el equipo no jugó bien. Al menos, se acercó mucho a lo que yo llamo, jugar con mal gusto. Desconcierto por parte de los mismos jugadores que, a mi criterio, no supieron encarar las alternativas que el mismo técnico indicaba con los cambios. ¿Un suicidio? Depende del punto de vista que se lo mire. Por un lado, se la jugó y no le salió y por el otro, dejó muy expuesta, fundamentalmente, la defensa. Si mal no recuerdo, cuando le ganamos a Estudiantes en el partido de ida de la Copa Sudamericana, el Bichi dijo: “Me la jugué y salió bien. Que la gente se acostumbre a ganar así o a perder así”. Se la jugó. Le salió pésimo, estamos de acuerdo.

No entendí los cambios, debo reconocer. Fundamentalmente los dos últimos: Higuaín por Fredes y Toti por Moreira. No entiendo por qué, con el partido empatado y con las cosas relativamente controladas, sacó a Centurión y metió a Gandín. O sea, sí entiendo: quiso ser más ofensivo, pero dadas las circunstancias del partido, me parecieron innecesarios ese tipo de cambios. Dejó, al final, una línea de 2: Gioda y Rodríguez, con cierta colaboración de Ríos que tiene menos marca que la “Salada”. En fin, se la jugó y por lo menos a mí no me gustó cómo lo hizo. De todas formas, de ahí a putear a todos desencajados no siento que haya sido necesario.

Yo también quiero jugar bien, quiero ganar, pero la dramatización y el exitismo inmediato son un mal tan violento como los insultos. Por un partido de fútbol mal jugado, la gente es capaz de pelearse a las trompadas, insultar y herir sin importar el mensaje y da la sensación que los tiempos son tan cortos que no son posibles. No me estoy haciendo la lírica pero siento que estamos viviendo un mundo tan acelerado en el que todo se dramatiza a tal punto en el que no hay paciencia para nada. ¿Qué quiero decir con esto? Que hay que saber buscar sobre los errores y cambiar. Permitirle a un tipo a que intente. Escuché a más de uno pidiendo su cabeza, el exilio o la horca. Aprendí, con el paso del tiempo y con las charlas con absolutamente todos los dirigentes que fueron pasando por el club, que despedir, que no cumplir ciclos es un problema mucho mayor a perder partidos. Racing es el fiel reflejo de la poca paciencia y miren cómo está.

No me quiero parecer ni un poquito a Racing y lo digo con completa consciencia. Sacar es olvidarse del problema y buscar otro. Quedarse, enfrentar y tratar de cambiar es la solución. Ojo, insisto, yo también quiero ganar, no es que no me importe pero por qué no dar el espacio para encontrarlo.

Digo, cuando se vienen los cambios –insisto, no comparto ninguno de los que hizo contra Gimnasia LP- los silbidos, los insultos, los gritos o los murmullos. ¿Se creen que no influye?

Estamos lejos de un título, sí. Estamos lejos de jugar bien, no lo sé. No creo que las veces que jugamos bien hayan sido de casualidad. El partido del inicio de la Sudamericana se jugó bien. ¿Fue casualidad? No creo, son jugadores profesionales. Algunos mejores, otros peores pero llegaron a la Primera División por esfuerzo, no por regalos. Entonces, apoyemos por más que no estemos de acuerdo con algunas cosas, intentemos relajarnos y hagamos saber nuestro parecer sin necesidad de pedir la cabeza de nadie. Los contratos están para cumplirse y no sería la primera vez que un entrenador, que un equipo pueda revertir una situación y se vaya aplaudido.

Eso sí, los planteos tácticos los propone el entrenador pero el despliegue lo pone el jugador. Aquí Borghi tiene que hacer un replanteo de las cosas aunque seguirá siendo fiel a su idea, no va a cambiar demasiado. Los jugadores deben intentar hacer rodar la pelota, porque eso sí tiene que ver sólo con ellos.

Escuchaba tras el partido que había expectativa por la reunión entre Borghi y Comparada. ¿A la fecha 4 del torneo hay que ratificar un entrenador? Es una cosa de locos. Muchachos la ansiedad nos mata y nos nubla. Hay que bancarlo, hay que apoyarlo porque aunque muchos crean lo contrario, Borghi quiere que las cosas le salgan bien, no llegó a Independiente para hacerlo perder. ¿Ustedes creen que los jugadores quieren que les vaya mal? Seamos honestos. No hay posibilidad de que quieran eso. Están quienes quieren que las cosas salgan mal, lo sé, pero esos no son hinchas, son personajes con otras intenciones que no son de sentimiento ni futboleros. Entonces, las intenciones son buenas. Las del entrenador, la de los jugadores y la de los dirigentes. Si les va bien a ellos les va bien a todos. Pensar que hay un complot es una locura tan grande como una casa. Al Bichi la hinchada no le perdona ni el aire que respira, por ende, de ahora en más rendirá examen cada fecha que juegue. Borghi debe continuar, intentar cambiar porque estamos a tiempo de cambiar.

Capítulo aparte, Bochini

Nadie pone en tela de juicio lo que significa Bochini para Independiente. ¿Tiene autoridad para opinar? Claro que sí, sus 19 años en Independiente lo autorizan a opinar de lo que quiera y cuando quiera. Aclaro que lo aprecio, que lo conozco de muy pequeña pues el Bocha era amigo de mi padre. Sin embargo, siento que en algunas cosas se equivoca. Bocha dijo: “En los buenos momentos no me vienen a buscar. Yo soy bastante grande y sé cuando tengo que hablar y cuándo no”, dijo en Estudio Fútbol en alusión a las entrevistas cuando Independiente la pasa mal. “Habíamos quedado en que me iba a consultar sobre los jugadores que podían venir a Independiente y no lo hizo. Sólo una vez y después nunca más”, agregó. Seamos realistas, el Bocha fue un genio con sus pies en Independiente y no hay discusión pero cuando le tocó dirigirlo junto a Carlos Fren, no fue un lujo justamente. Se equivocó en las contrataciones y se equivocó en sus planteos tácticos. ¿Por eso dejó de ser el Gran Bocha que todos amamos? NO, pero se fue insultado por el estadio completo, cosa que también me parece una locura. Su oportunidad para dirigir la tuvo. Como entrenador, no le fue bien. Su visión del fútbol claro que tiene valor pero es muy fácil pegar cuando es otro el que tiene el buzo de DT.

Sí coincido con esta apreciación: “Gimnasia y Racing, que están peleando por descender, fueron superiores y debieron haber ganado. Quizás Independiente no está para ser campeón, sí para pelear más arriba y jugar mejor”, agregó el Bocha. Es cierto, Independiente podría estar jugando mejor pero me quedo con lo que dijo Pavoni y su mensaje optimista esperando que los jugadores se acomoden, que el entrenador encuentre el equipo y asegurando que no es fácil vestir la casaca Roja. Luchemos por el optimismo y tiremos para adelante y si bien estamos disconformes con lo planteado añoremos mejores rachas y por sobre todas las cosas, apoyemos para contagiar porque si el equipo se contagia de la gente, todo es posible.

Por Débora D´Amato para InfiernoRojo.com

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