El DT de Independiente retrató el sufrimiento vivido en 2017 cuando fue intervenido por un nódulo en la laringe.
Verlo dirigir a Independiente es prácticamente un milagro. El propio Julio César Falcioni lo reconoce y lo agradece, porque asegura que por varias horas estuvo peleando entre la vida y la muerte.
El 17 de diciembre de 2017 lo tuvieron que operar por un nódulo en la laringe y la intervención fue muchísimo más compleja de lo esperado: “Estuve un buen rato tocando el arpa por allá arriba. Me fui a hacer una operación programada de una hora y media, pero al final estuve trece horas en el quirófano y más de quince días en terapia intensiva, y tuve muchas complicaciones”.
“Estuve casi seis meses sin comer, sólo comía por un tubo, fue duro, pero zafamos, se ve que no necesitaban ni arquero ni técnico allá arriba, ja”, añadió con picardía el Emperador.
Después de un largo período inactivo, en Banfield le abrieron nuevamente las puertas y reconoció: “La vuelta al trabajo después de superar la enfermedad fue importante, porque la había pasado muy feo. Pero fue linda porque el grupo de chicos con los que trabajamos era muy bueno, que fueron los que terminaron llegando a la final del torneo”.
Sobre su arribo al Rey de Copas, inesperado por cierto, indicó en Súper Mitre Deportivo: “Mi llegada a Independiente es una posibilidad muy importante. Me llena de orgullo poder volver al Club. Que te llamen de nuevo es una buena carta de presentación. No se le puede decir que no a un club como el Rojo”.
