Independiente sigue sin encontrar una idea de juego, pero sigue invicto desde que volvió al fútbol de manera oficial. ¿A qué se debe?
Antes de que vuelva el fútbol, Independiente era un mar de dudas, de incógnitas. Varios jugadores que eran titulares como Martín Campaña, Cecilio Domínguez y Gastón Silva, entre otros, se estaban yendo, y el plantel quedaba diezmado. El panorama era el peor, pero algo pasó en el plantel que, hasta el momento, aún no ha perdido.
Lo primero que hay que destacar es la actitud. Generalmente, los grandes equipos se forman de esto y de buen juego, aunque otras veces tienen solo una de las dos (en 2010, por ejemplo, el Rojo salió campeón con más empuje que juego). En este caso se está viendo un plantel que, si bien está en formación buscando una idea a la cual aferrarse, lo cierto es que los once que entran a la cancha se rompen el alma por la camiseta.
Otra cuestión a destacar es la respuesta desde las inferiores. Independiente apenas incorporó tres refuerzos en lo que va del año y perdió más de cinco jugadores, pero tiene sangre joven que aparece cuando se la necesita. Lucas Pusineri encontró en Alan Soñora, Lucas González y Alan Velasco a tres futbolistas que sacan los partidos adelante cuando el Diablo lo necesita, tal es así que dos de ellos fueron vitales en los últimos dos triunfos del equipo.
El arco es otro punto fuerte con Sebastián Sosa y Milton Álvarez. El uruguayo llegó para ser titular y rindió con creces, con atajadas que valieron puntos importantes en lo que va del semestre. Sin embargo, se lesionó y Álvarez, que venía pidiendo cancha hace rato, hizo que la gente no extrañe al charrúa y también se vistió de héroe en más de una ocasión para evitar la caída del Rojo. Los tres palos están bien cubiertos.
La solidez defensiva también es para destacar. La línea de fondo, formada por Fabricio Bustos, Alan Franco, Alexander Barboza y Lucas Rodríguez, le está dando rédito a Pusineri. El ex Defensa y Justicia, que era visto de reojo, levantó el nivel cuando le tocó ser titular ante la lesión de Ezequiel Muñoz, así como Franco y Bustos también levantaron sus respectivos niveles. Rodríguez, por su parte, llegó como un reemplazo de Silva y, hasta el momento, está cumpliendo, al menos en el aspecto defensivo que es lo que más necesita el equipo de él. ¿Será que tener un arquero que responda cuando le llegan les da confianza? Probablemente, pero también hay un gran mérito de los propios defensores.
Finalmente, la precisión. Tal vez el aspecto más discutible del análisis, pero que no deja de ser cierto. Independiente tuvo partidos en los que casi no llegó al arco rival y, cuando lo logró, facturó. El triunfo con Central Córdoba de visitante, el empate 1-1 con Atlético Tucumán y el último triunfo con Colón son pruebas de ello, donde el Rey de Copas casi no logró lastimar al rival y, en la primera llegada a fondo, venció la valla del arquero. Cuando las oportunidades escasean, tener eficacia es vital para poder ganar los partidos.
El Rojo hoy no deja de ser un equipo en formación, con errores y aciertos, pero que no deja de intentar. Probablemente el juego no sea el ideal ni mucho menos el esperado por los hinchas, pero gana en lo actitudinal y en aspectos puntuales que lo llevan a hacer la diferencia. Al grupo le falta la idea, pero claramente se están sentando las bases para volver a formar un equipo, y los resultados así lo avalan.
