Alex Vigo, flamante refuerzo de Independiente lleva en sus espaldas una difícil historia de vida, en la que supo reponerse y encontrar salida en el futbol.
Como dice una frase hecha “El Futbol es Pasión de Multitudes”, donde los fanáticos entregan su devoción total a este deporte y al equipo de sus amores. En ese entramado entran los jugadores, los cuales desempeñan un rol de héroe/villano constante en el hincha, el cual, en ocasiones, ignora que en el terreno de juego hay personas, con sus historias y que cargan con un montón de cosas en su interior. Alex Vigo, nuevo refuerzo del club, tiene una conmovedora historia de vida.
El jugador de 22 años es oriundo de la provincia de Santa Fe, lugar en el que vivió toda su vida, con un Colón que lo recibió y formó como profesional, hasta su llegada a River. No obstante, antes de eso hay que retroceder varios años, para recordar la compleja historia que lo envuelve, en la que lejos de divertirse jugando, debía comenzar a afrontar la vida en un contexto desfavorable.
En una entrevista del pasado, Alex Vigo contó su historia: “Yo tenía mi apellido, que era Gómez, el de mi mamá. Te voy a contar todo, porque creo que es justo y que lo sepan todos… Mi padre biológico me abandonó antes de nacer, faltaban dos semanas. Pero ahora tengo a mi papá, que es Jorge Rossi y de él aprendí algo: Padre es el que cría, no el que hace. Yo nací y me crié en un rancho, no tengo vergüenza en decírtelo”, planteaba en El Litoral.
“Me crié en un rancho, porque mi viejo nos abandonó ahí y nos llevó todo. No tengo vergüenza en decirlo y lo voy a decir a todo el mundo. A la gente que me quiera escuchar se lo voy a decir. Mi vieja empezó a hacerle juicio porque nos quedamos sin nada y no teníamos nada de nada. Era para que por lo menos nos pase la cuota alimentaria”.
Sin dudas que su estadía en el club será una duda hasta que comience a demostrar en el terreno de juego, lo que es indudable es que es un futbolista que sabe de adversidad y ese temple y hambre interior es una gran garantía para lo que vendrá, en un jugador que en un contexto institucional que no abundan los intereses priorizó llegar al más grande.
