Independiente tiene otra prueba de carácter: repetir lo hecho en la ida y marcar el camino de una idea de juego.
Independiente cuenta con la tranquilidad de haber cumplido en Uruguay de forma holgada. Pese a esto, no puede confiarse y debe cumplir nuevamente. Lógicamente, el Orgullo Nacional tiene la obligación de ganar siempre, así son los clubes grandes y más si es uno inmenso. En este caso, hay una deuda pendiente en el equipo de Lucas Pusineri.
El DT mostró un equipo que apuesta al ser compacto y ordenado atrás, dándole rienda suelta a la creatividad de los de arriba y explotando los laterales para atacar. Con sus aciertos y errores, el equipo lo está cumpliendo, pero el problema es que las buenas actuaciones no se ven sostenidas en el tiempo.
Por caso, después de pasar bien a Atlético Tucumán, el equipo tuvo una floja actuación ante Colón de Santa Fe, con un once repleto de titulares. Esto lleva a dudas e inquietudes, logrando escucharse una y otra vez la pregunta en los hinchas de «¿a qué quiere jugar Lucas Pusineri?».
El encuentro de este miércoles es una prueba; no solo para el plantel, el cual no tendrá que confiarse con un equipo que saldrá a la desesperada a descontar, sino también para el técnico. Es una linda posibilidad para un entrenador que está bajo examen todo el tiempo y a menos de un mes de su desvinculación no sabe si le renuevan o deberá irse.
Puede gustar o no la idea del DT, lo que es indudable es que al mismo lo respalda sus 10 partidos sin perder y un equipo –en su mayoría lleno de jóvenes- que basándose en la unión de un vestuario y las ganas de triunfar construyen un Independiente mejor. Ya vimos todos como le fue al equipo con entrenadores y representantes de contratos millonarios.
Facebook
Twitter
YouTube
Instagram
Periscope
Spotify
Google+
SnapChat
RSS