Suele decirse en el fútbol que poco se apuesta a proyectos duraderos con los entrenadores, algo que queda más en evidencia en Independiente, con sus fanáticos agotados de años de malaria.
Un tema que siempre estuvo en boga en el fútbol argentino es el de los proyectos a largo plazo, en el que siempre se puso en tela de juicio la poca durabilidad de los encargados de apuntalar el equipo, en un fútbol con grandes presiones y que en el caso concreto de Independiente hoy se vive a flor de piel, en el que con cinco fechas disputadas el fanático puntualiza en una posible salida de Leandro Stillitano del club.
El entrenador no viene pudiendo encontrarle la vuelta al equipo, en un torneo que arrancó de mayor a menor, en un equipo que poco acompaña fecha a fecha y viéndolo por momentos confundido. A su vez, presenta un plantel nuevo que precisa una adaptación, en el que se lo ve al DT cambiar constantemente de nombres fecha tras fecha. Lo expuesto anteriormente lleva a un enojo generalizado del hincha del Rey de Copas.
Sin dudas que Independiente no juega bien y este domingo se viene un partido crucial, en el que ante Instituto de Córdoba será una prueba de fuego tanto para el entrenador como sus conducidos, con el estadio siendo un cabildo abierto para el hincha que se encuentra inquieto y preocupado por este presente.
Esa postura se da con justa razón, en un club que no pelea un torneo local hace más de 12 años, cuando con Américo Rubén Gallego animó el Clausura 2010, después de eso muchas cosas pasaron en el medio con algunos oasis de obtenciones coperas, pero un club que supo tropezar, caer levantarse y trastabillar, hoy afrontando un nuevo proceso político, el cual trata de acomodar las cosas y el tiempo juzgará si fue o no provechoso.
Obviamente no puede pedírsele al hincha paciencia con todo lo vivido y la problemática del paso de los años. A su vez, hay una realidad; lo que le importa al hincha es el resultado, en un club que hace años no es protagonista, dando una postura más que valida por parte de quienes pese a las adversidades son los primeros en pagar sus cuotas y comprar abonos que contribuyan a salir de una realidad institucional delicada.
No obstante, los que tendrán que mantener la cama y el buen tino son los dirigentes, los cuales desde su rol de llevar los hilos de la vida de lo más sagrado que tiene el fanático tengan que analizar si apostar a un proceso a largo plazo con Stillitano o en este comienzo volver a foja cero y apuntar por un nuevo nombre, lo que es seguro es que los proyectos extensos en nuestro fútbol no existen y menos aún en un club que más pasa el tiempo más se achica el margen de error.
