Independiente se trajo una absolutamente inesperada clasificación de Brasil que se festejó con alma y vida. Sin embargo, la situación es caótica. En InfiernoRojo analizamos las claves de la derrota que alcanzó para pasar de ronda.
Le dio la iniciativa: El equipo de Lucas Pusineri arrancó plantado con un 4 4 2 en Brasil y le dio la pelota a Fortaleza. Los jugadores quizá no sean los ideales para esperar al rival, pero la realidad es que no hay otra cosa. Le salió mal, porque a los pocos minutos ya era todo de Fortaleza.
La apertura del marcador: A lo que había cedido el Rojo en tenencia y generación de juego se le tuvo que sumar que apenas pasado el cuarto de partido, el local convirtió el gol. Un mazazo.
Dormido, entregado y gol: Independiente transcurrió lo que restó de partido completamente diezmado, como en piloto automático. El segundo de Fortaleza, a falta de casi diez minutos del final, fue el “y sí” más grande del mundo. Todos sabíamos que se venía el gol, y vino.
Un atisbo de reacción: Lucas Pusineri hizo entrar a la cancha a Andrés Roa y a Alan Velasco, dos que al menos pueden tratar la pelota con algo de cariño e intentar generar fútbol en un momento donde a decir verdad, a nadie le gustaría ser jugador de Independiente Fundamental.
Corajeada y fortuna: Cuando ya parecía que recibíamos otro golpe de knockout quedando eliminados, Alan Velasco hizo una corajeada por izquierda, dejó pasar un defensor y le dio un excelente pase a Fabricio Bustos para que, luego de tirar un centro de rastrón, la pelota se desvíe y termine entrando al arco. Increíble. La jugada que hizo cambiar todo el desarrollo del juego.
