Independiente igualó 1 a 1 contra Brown de Adrogué y, en la definición por penales, quedó finalmente eliminado. Aquí las claves de la pronta despedida de la copa.
Problemas de atrás para adelante: El equipo se paró con algunas ausencias clave y se notó. En la defensa faltó el pilar que significa Alan Franco, mientras que en la mitad de la cancha Carlos Benavídez no pudo acompañar el ritmo de marca y empuje que mete Nicolás Domingo. Un factor clave para arrancar un partido de forma adversa.
El penal: La corrida de Emanuel Gigliotti que culmina en el penal y posterior gol del Rojo fue clave, porque se presentaba un partido donde la apertura del marcador difícilmente llegue si no era por vía de pelota parada.
La tapada de Martín Campaña: Sin lugar a dudas otro hubiese sido el partido si Brown convertía el penal sobre el cierre del primer tiempo. Irse con la ventaja al vestuario achicó los márgenes del rival para crecer. Igual lo hizo, pero con menos tiempo y en condiciones diferentes.
Sobró el partido cuando se necesitaba ampliar: En inicio de la segunda mitad se vio a un Independiente más ordenado y más compensado en el medio con el ingreso de Juan Sánchez Miño. Sin embargo, comenzó a hacer rotar la pelota excesivamente, sin probar al arco, sin apretar al rival y sin inquietar. Le terminó regalando la tenencia a Brown y, luego, el gol.
La tanda de penales: Y sí. La tanda de penales tiene que ser indefectiblemente una de las claves para el desenlace final. Sin enjuiciar a los ejecutantes, es allí donde finalmente se pierde una serie que, con sus complejidades, era un empate.
