Independiente volvió a perder luego de otra floja producción, esta vez ante Argentinos Juniors en el Libertadores de América, y quedó en una situación preocupante. En InfiernoRojo, las claves de la derrota.
Juego intrascendente de posesión: Independiente comenzó el partido con la tenencia de balón entre ceja y ceja. Tanto se esforzó en esa tarea que cuando el rival se dio cuenta que el local apenas lastimaba, el partido se acható.
La lesión de Lucas Romero: Si algo le faltaba al mediocampo de Independiente era que tuviera que salir un jugador como Romero, que se caracteriza por marcar, recuperar y trasladar. Para colmo, Nicolás Domingo no concentró y era un potencial reemplazo en esa circunstancia. Sumado a que Pablo Pérez ya tenía amarilla, el equipo se quedó prácticamente sin mediocampo. Clave.
La expulsión: Cuando Andrés Roa vio la roja, el partido se complicó de sobremanera. El equipo era intrascendente- apenas dos remates al arco- y ahora tenía que sobreponerse a un golpe anímico. Nunca pudo.
Falta de rebeldía: El segundo tiempo encontró a un Independiente que no sintió la incomodidad del jugador menos y un Argentinos que bajo ningún punto salió a aprovechar la ventaja. El escenario era ideal para que con empuje, prestancia y entrega, el Rojo atropellara al rival y salga a buscar los tres puntos. Jamás lo hizo, ni individual ni colectivamente.
El gol: El partido estaba para un 0 a 0 final, que de ninguna manera era algo positivo, pero al menos dejaba un poco menos desesperante la situación. El tanto de Argentinos hizo que todo termine en un mar de abucheadas y silbidos para jugadores y cuerpo técnico.
