La derrota ante los tucumanos significó un duro cimbronazo para Independiente. No por el resultado sino por la forma. El Rojo no dio pie con bola y solo tuvo algunas ráfagas que lo acercaron, un poco nada más, a la chance de concretar el empate. En InfiernoRojo analizamos las claves que llevaron al equipo de Ariel Holan a la derrota.
Imprecisión: Desde el minuto cero reinó en el equipo una falta de efectividad que llamó la atención. No hablamos de falta de definición en el mano a mano sino pases errados, pérdida de pelotas, pelotazos a la nada misma. Así es imposible.
Floja entrega: Incluso jugando mal los partidos del Rojo de Holan se caracterizaron por un equipo con vocación ofensiva que deja todo en cancha. Hoy no se vio, al menos en gran parte del encuentro.
Sin desequilibrio: Le faltó romper el orden que estableció el conjunto local. Ezequiel Barco estuvo inconexo, y el resto apareció poco y nada. Y ante la ausencia de Emiliano Rigoni, se sintió por momentos que no había en cancha quien quiebre los esquemas de los tucumanos.
Flojos cambios: Ariel Holan no supo capitalizar el viento de cola que agarró el equipo en la segunda mitad, con un Atlético Tucumán más replegado. Puso a Leandro Fernández pero dejó a Lucas Albertengo, con mucha población en el área sin que le llegue la pelota. Y además sacó a Diego Rodríguez, lo que le quitó traslado y marca en el mediocampo. La salida de Barco quedó a contramano del ingreso de Martín Benítez, cuando el partido pedía que los jugadores del Rojo se junten para generar peligro.
Buena suerte: Mal que mal, si bien Independiente pudo haber empatado el partido, nobleza obliga: pudo haber perdido por más goles si la suerte hubiera estado del otro lado. El local tuvo innumerables situaciones de gol, sobre todo en el primer tiempo, que no pudo concretar. En criollo: la sacó barata.
Compostura: Independiente terminó el primer tiempo jugando muy mal y con un Atlético Tucumán envalentonado. Parecía que en la segunda mitad la iba a pasar realmente mal, y sin embargo supo mantener el control y equiparar las cosas. Eso es para recalcar.
