Independiente vapuleó 4-1 a Fénix por los Octavos de la Copa Sudamericana y en InfiernoRojo te contamos por qué.
Arranque y gol: El Rojo empezó bien plantado en la cancha, cortando y distribuyendo la pelota, pero a ese buen arranque hay que sumarle un detalle no menor: El gol. El equipo robó la pelota en el mediocampo, Lucas González se hizo cargo y, tras una combinación breve con Alan Velasco, se fue solo por la izquierda y le fulminó las manos a Francisco Casanova. ¡Comienzo inmejorable!
Mayoría numérica: En los papeles quedará que el arbitraje fue malo para ambos lados, pero al local le expulsó un jugador y, teniendo en cuenta la diferencia de plantel, era lógico que lo sienta. Juan Gabriel Benítez decidió echar a Roberto Fernández tras haber revisado en el VAR una jugada en la que el uruguayo pisó a Pablo Hernández. Ese fallo les vino bien a los de Avellaneda.
Velasco, la bandera: En el primer gol había sido partícipe del tanto de Lucas González, pero su participación no terminó ahí. Con el 1-1 puesto, la Joya conectó de cabeza un gran centro de Federico Martínez para poner el segundo de Independiente y, en el tercero, hizo una jugada impecable, espectacular, para servirle la pelota a Silvio Romero y que el goleador castigue a Casanova. ¡Partidazo consagratorio!
Mediocampo presente: El Rey de Copas jugó un gran partido y está a la vista de todos, pero los del medio cumplieron un gran trabajo. Lucas Romero supo cortar y distribuir, y fue el eje en el manejo de la pelota en esa zona. El Perro volvió a cumplir con el trabajo que se esperaba de él y el equipo lo sintió gratamente.
