Independiente jugó un partido más que complicado y condicionado por la obligación de ganar sí o sí. E hizo lo que tuvo que hacer: quedarse con los tres puntos fuera como fuera. Aquí las claves del partido para que se dé el resultado final.
Agresivo de entrada: Si bien el partido de Independiente fue de mayor a menor, fue importante que arranque rápidamente con esa agresividad que tanto lo define. No hablamos de agresividad de golpes sino de ataque. El Rojo le marcó la cancha de entrada a Millonarios y dejó en claro quién mandaba. Importante.
Convertir cuando hay que convertir: Hay algo que suele sucederle a Independiente y es que muchas veces le cuesta hacer el gol en el mejor momento, y después todo se le pone cuesta arriba. Contra los colombianos fue al revés: la apertura del marcador vino cuando mejor jugaba el equipo. Clave para jugar el resto del partido menos ansioso.
Niveles altos: El mediocampista del Rojo y ahora de la Selección Argentina Maxi Meza fue un factor clave y elemental en todo lo que propuso Independiente en el partido. Jugó una barbaridad, hizo jugar a sus compañeros y volvió locos a los rivales haciéndolos correr para todos lados. Además, Martín Benítez nuevamente hizo la diferencia con lindas apiladas y buenos destellos. Hoy, dos jugadores clave.
Raspa que raspa: Millonarios propuso un juego bastante brusco y sistemáticamente el partido se paró por reiteradas infracciones. Eso es letal para Independiente, que se sabe, destaca por juego fluido y vertiginoso. Pero que no cunda el pánico: el equipo supo acomodarse y no dejarse pisar. El segundo tiempo se puso muy complicado, pero la pelea del mediocampo la ganó Independiente con garra, marca y coraje.
Firme abajo: En el segundo tiempo Millonarios tomó las riendas del partido. El equipo de Ariel Holan se fue apagando y le tocó trabajar a los defensores. Sin ser algo brillante, estuvieron firmes y contuvieron bien tanto los avances por los costados como los pelotazos largos. Destacaron Fabricio Bustos y Alan Franco.
