Independiente ganaba 1-0 y estaba cerca del segundo, pero no lo definió y Boca se lo dio vuelta con los suplentes. En InfiernoRojo te contamos por qué.
Arranque bueno y gol: Independiente empezó plantándole cara a Boca. No era avasallante, pero aprovechaba bien los huecos del rival cada vez que la tenía y lastimaba. En ese momento, como si fuera poco, Silvio Romero marcó y encaminó el partido para los de Avellaneda.
Otra vez, la imprecisión: Es molesto ya, parece incluso esa típica película repetida y aburrida que pasan durante meses, pero el equipo volvió a fallar en la definición. El Rojo tuvo chances claras para liquidar, con un penal y un mano a mano clarísimo de Andrés Roa sobre todo, pero falló y dejó con vida a un adversario que le dio un baldazo de agua fría en el final. Cuando las pelotas no entran en un arco…
Otra vez, el entrenador erró con los cambios: Silvio Romero salió en el entretiempo debido a una molestia en el aductor, y todo indicaba que el elegido era Nicolás Messiniti. Con la salida del goleador, el Rojo perdía la referencia en el área y necesitaba otro que cumpliera esa posición. Sin embargo, de forma inentendible. Lucas Pusineri alineó a Alan Soñora en el mediocampo para susplantarlo y el equipo perdió agresividad. Luego, cuando el atacante entró, ya fue tarde.
Desatenciones caras: El gol de Edwin Cardona fue un golazo inatajable, y de eso no hay dudas. Aun así, ese fue recién el segundo, el primero fue totalmente evitable. Si bien la falta no fue y, además, el rival se adelantó en el lanzamiento ante la atónita mirada de Mauro Vigliano, Sebastián Sosa no salió y Franco Soldano cabeceó en el área chica para el empate. Un error imperdonable.
