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Las claves de un Clásico robado

Independiente y Racing aburrieron a todos, pero el local se llevó un triunfo inmerecido. En InfiernoRojo te contamos por qué.

Conformismo desde el minuto cero: Independiente y Racing parecieron haberse puesto de acuerdo, pese a algunos sofocones, en que el empate era lo mejor. Ninguno quiso arriesgar de más, ni el local ni la visita, y la pelota fue maltratada constantemente en el mediocampo en un cotejo más peleado que jugado.

Imprecisión en los últimos metros: El Rojo casi no tuvo jugadas de peligro, pero las pocas que tuvo, las despilfarró. Generó la más clara del partido con un pase filtrado de Silvio Romero a Jonathan Menéndez, pero el ex Talleres lo erró. Luego, el Rey de Copas no tuvo ninguna chance más para preocupar a Gabriel Arias.

Terreno irregular: Si el juego de ambos fue pobre, la cancha aportó para que lo sea mucho más. La lluvia hizo que el trámite sea más áspero y el terreno ayudó a que la pelota pique de forma extraña en varias ocasiones. De esta forma, intentar algo distinto parecía más una utopía que una posibilidad.

La mano arbitral, clave: Independiente no había hecho nada, Racing tampoco. Sin embargo, Mauro Vigliano apareció en el final y le regaló un penal insólito a la Academia en una jugada en la que Iván Maggi se tiró. Enzo Copetti lo cambió por gol y desató la bronca del lado del Rojo, que se vio claramente perjudicado por el colegiado.

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