Independiente no pudo romper el cero con Defensa y Justicia, y en InfiernoRojo te contamos por qué.
Un rival cerrado: Tal como acostumbra en los últimos tiempos, Defensa y Justicia fue ese rival molesto y áspero, que sabe cerrarse y salir en el momento justo. A Independiente le costó encontrarle la vuelta al Halcón, hasta que logró neutralizarlo y estuvo cerca de ganarlo, pero pasó mucho tiempo para que eso sucediera.
Otra vez, la falta de precisión: A la dificultad para generar llegadas, hay que sumarle la falta de precisión. El Rojo tuvo más la pelota, pero le costó mucho llegarle al rival. Como si fuera poco, encima, los delanteros propios erraron las que generó, como el cabezazo de Silvio Romero solo que se fue desviado. Cuando existe la chance para castigar, nunca hay que perdonar, y el Rey de Copas lo hizo.
Un arquero con todas las luces: Defensa y Justicia no tuvo muchas chances para ganarlo, pero en el final casi lo logra. En una jugada que durmió la línea del fondo, Francisco Pizzini se fue mano a mano con Sebastián Sosa, quien atajó el remate con el pie y salvó lo que habría sido una inmerecida derrota. El uruguayo no había tenido muchas intervenciones hasta entonces, pero esa fue clave para que el equipo no se fuera derrotado.
