Independiente igualó 0-0 con Argentinos, pero dio la sensación de que pudo haber conseguido más. En InfiernoRojo te contamos por qué.
Un equipo ordenado: Si algo positivo hay que rescatar de Independiente, es que nunca perdió el orden. Tanto la defensa como el mediocampo cumplieron bien con sus funciones, y no pasaron mayores sobresaltos a excepción de unas pocas jugadas del rival. A diferencia del cotejo con Santos, se notó una clara mejoría.
Las imprecisiones, protagonistas: Si bien hay que recalcar la buena actuación general del equipo, también hay que hablar de lo malo en el ataque. Alan Velasco casi no pudo entrar en juego, y Andrés Roa alternó momentos buenos con otros malos. Ante esto, Silvio Romero tuvo que bajar y perdió peso en el área, y el único que pudo cumplir fue Sebastián Palacios. Las imprecisiones inundaron al ataque, y el equipo lo sintió.
Cambios tardíos: Otra vez, el entrenador tardó con las modificaciones. El encuentro pedía la salida de la Joya, y Julio Falcioni probó primero sacando a Palacios por Jonathan Herrera, algo que empeoró el trámite. Recién a los 34 minutos de la segunda parte sacó a Velasco por Braian Martínez para darle más velocidad al ataque, y a Andrés Roa por Lucas González para conseguir más juego, pero fue tarde. En el medio, se perdió mucho tiempo que habría servido para conseguir los tres puntos.