Independiente jugó un gran partido y le ganó 2-0 a Patronato. En InfiernoRojo te contamos por qué.
Control del partido: Independiente fue el dueño de las acciones, desde el principio hasta el final. Lucas Romero tomó la pelota y fue el eje que necesitaba el equipo para dominar a Patronato en esa zona. De ahí, se explican no solo la posesión, sino que el Rojo haya tenido más posibilidades de gol que los de Paraná.
Una muralla impenetrable: La defensa del local fue un escollo eterno para el Patrón. Los laterales estuvieron firmes en la marca, y la zaga central estuvo impasable. Si bien se sabe que Juan Insaurralde es el más experimentado, Sergio Barreto fue el que hasta tuvo que salvar al equipo en alguna que otra ocasión de un mano a mano del rival, y lo hizo con solvencia. La solidez defensiva, clave para no sufrir.
Preciso en los momentos justos: El ataque no tuvo la actuación esperada, pero estuvo mejor que en otras ocasiones. Si bien cometieron errores que impidieron chances más claras de gol, supieron enfriar la cabeza para decidir mejor cuando les volvió a tocar, y no fallaron. Esta vez, y como se venía pidiendo, el triunfo lo lograron los de arriba.
