Independiente avanzó a Semifinales con justicia y en InfiernoRojo te contamos por qué.
Actitud e inteligencia, dos grandes virtudes: Independiente no fue ese gran equipo que todos quisieran ver, pero fue mejor que Estudiantes. Supo manejar el mediocampo, proveerles la pelota a los delanteros y preocupar a la línea del fondo del Pincha. Con uno menos, el equipo perdió superioridad, pero tuvo lo que hacía falta para aguantar las embestidas del local y llegar a los penales.
El árbitro, lo de siempre: El Rojo era mejor que el adversario, sobre todo en el inicio del complemento. Sin embargo, una falta inexistente de Thomas Ortega hizo que Pablo Echavarría le muestre la segunda amarilla y lo mande al vestuario a los 13 minutos de la segunda mitad. Ahí se rompió el partido, y el equipo no pudo recuperarse ante un rival que tendría que haber sufrido la expulsión de Pablo Sabbag.
Sebastián Sosa, el santo de los penales: Las definiciones desde los doce pasos son insufribles para los hinchas que las padecen, pero hay algo que no se puede negar: Independiente tenía un plus. Las miradas estaban puestas en el uruguayo, que tenía una gran racha con los penales, y no falló: Atajó los dos primeros y dejó al borde de la eliminación a Estudiantes. Luego, los pateadores hicieron su trabajo batiendo a Mariano Andújar. De esta manera, se hizo justicia.
