Independiente fue claramente superado por Atlético Tucumán y perdió 1-0. En InfiernoRojo te contamos por qué.
Equipo sin mediocampo: Independiente trató de ganar en la mitad de la cancha con Lucas Romero y Domingo Blanco, y ninguno de los dos pudo imponerse. Apenas el Perro trató de recuperar, pero Mingo fue totalmente intrascendente, y ningún otro intentó ayudar al ex Vélez. Así, Atlético Tucumán marco la diferencia en la zona más peleada.
Defensa repleta de errores: La ausencia de un experimentado como Juan Insaurralde se traduce en actuaciones como la de este domingo. La defensa, plagada de futbolistas de las inferiores a excepción de Lucas Rodríguez, se cansó de cometer fallos constantemente, siendo Sergio Barreto el único que trató de remediarlos. El Decano pasó como quiso a la última línea del local.
Desatenciones que cuestan caras: Nadie entenderá a dónde salió Sebastián Sosa, pero lo cierto es que un error suyo, fue trascendental en el desarrollo del partido. De un córner a favor, la visita salió de contra, la defensa del Diablo tardó en volver y, ante la desesperación, el uruguayo salió antes de tiempo. De ahí, un centro certero culminó en la cabeza de Leonardo Heredia, que definió en soledad.
Arriba, sin ideas: Es difícil pensar que Independiente lo perdió por un error garrafal, más aún es pensar en que ni siquiera estuvo cerca del empate. Pese a alguna que otra jugada que pudo haber terminado mejor, el Diablo casi no le vio la cara a Cristian Lucchetti, y apenas remató al arco una vez en todo el partido. Así, es imposible.
La falta de actitud, clave: Más allá de cualquier análisis futbolístico, al Rojo le pesó horrores el saber que dependía de si mismo para clasificar a Cuartos de Final. Ante la adversidad, los futbolistas se achicaron más y dejaron mansamente que Atlético Tucumán siguiera haciendo lo que quería. El local no tuvo rebeldía y no mostró actitud para, al menos, hacerle frente a un equipo que tenía un plantel más corto e hizo más para llevarse los tres puntos. Tristísimo.
