Independiente cayó 1-0 en un encuentro que podría haber ganado, y en InfiernoRojo te contamos por qué.
Impericia en el ataque: Lo que al equipo le había salido con Sarmiento, no le salió con Vélez. No supo aprovechar las llegadas que tuvo y dejó con vida al rival en un partido clave por la pelea en la zona alta de la tabla. El Rojo intentó desequilibrar por medio de Jonathan Menéndez y Sebastián Palacios y, si bien por momentos lo logró, no lo pudo plasmar en el marcador.
Cambios tardíos: A Julio Falcioni se le reconoce que armó un buen equipo con jugadores que venían siendo cuestionados, pero esta vez tuvo gran injerencia en la derrota. Si bien no desarmó el esquema, tampoco se animó a ir por el triunfo cuando el cotejo lo requería, y evitó que el Rey de Copas tuviera más chances de gol en un segundo tiempo que lo encontraba mejor.
Desatención gravísima: Vélez no era mejor que Independiente, bajo ningún análisis cabía eso. Si bien tenía más la pelota, no sabía aprovecharla, y el Rojo llegaba mejor en las pocas oportunidades que la conseguía. Sin embargo, en una jugada aislada producto de un tiro libre infantil de Alan Franco, la defensa y el arquero se durmieron groseramente, y los de Liniers se llevaron un premio excesivo para lo que fue el encuentro.
