Independiente ganó y sumó tres puntos imprescindibles tanto para el campeonato local como para el ánimo general. En InfiernoRojo analizamos las claves que llevaron al Rojo a la victoria.
Rival flojo: Sin lugar a dudas una gran influencia para el resultado final fue que este Atlético Tucumán es uno de los más flojos de los últimos años. No supo ejercer la localía y apenas inquietó a un Independiente muy pero muy débil.
Juego brusco y cerrado: Para este Independiente fue esencial que presente un partido ríspido. Básicamente porque el local se hizo amonestar demasiado en la primera parte y hizo que prevaleciera poco buen fútbol, necesario para el Rojo porque, en líneas generales, no lo tiene.
La corajeada de Nicolás Figal: El partido pintaba para un 0 a 0 más grande que el Libertadores de América. Pero una corajeada del defensor de Independiente hizo llegar el gol del triunfo. Clave.
Martín Campaña: Independiente, de la mano de su entrenador, le entregó el partido en bandeja a Atlético. Le dio la pelota, el campo, le puso jugadores defensivos, y decidió por cuenta propia esperarlo los veinticinco minutos restantes de partido. Solo se salvó por el arquero uruguayo, que tuvo por lo menos tres intervenciones claras.
La suerte: Y sí. Imposible no ponerlo como factor determinante para el triunfo. Las pelotas llovieron al área del Rojo, la posesión de balón en la segunda mitad fue absoluta del local. El equipo de Sebastián Beccacece tuvo esta vez su cuota necesaria de suerte. A veces viene bien.
