Independiente tuvo un partido flojo en Victoria y aún así estuvo cerca de traerse los tres puntos para Avellaneda. Terminó siendo un justo empate contra un rival que, en líneas generales, dominó el partido. Aquí las claves del empate.
Ausencias importantes: Sin dudas el hecho de que no estuvieran presentes Martín Benítez y Maximiliano Meza fue un factor determinante para que el equipo no pueda imponer su juego. Queda claro que, hoy por hoy, son las dos piezas fundamentales con las que cuenta Ariel Holan para torcer al rival.
Sin manija: Sacando a un lado que faltaron los dos mejores, el Rojo contaba con un as de basto del cual se esperaba pueda cumplir la misma función: Fernando Gaibor. Sin embargo, le costó entrar el partido y el equipo se quedó sin traslado criterioso desde mediocampo a tres cuartos. Eso sí, puso un gran pase de gol, pero fue una jugada aislada.
Flojísimo abajo: Otra de las claves para que Tigre sea peligroso, sin duda. A diferencia de todos los otros partidos, donde se destaca como un gran central, Alan Franco estuvo desconocido. Erró, perdió en los mano a mano, y para colmo en el gol del local tuvo gran responsabilidad. Y Nicolás Figal tampoco pudo nivelar hacia arriba. Se los banca.
Desarmado: La tendencia desde el inicio del partido fue la de un Tigre dominador. Y en gran parte se debió a que se desarmó la dupla Torito-Domingo. Y pese a encontrarse con un gol, el Rojo nunca logró acomodarse. No es que Jonás Gutiérrez lo haga mal, pero los dos antes mencionados lo hacen mejor juntos. En la segunda mitad se rearmó la dupla y el equipo neutralizó al rival. Ironía del destino que luego llegue el gol.
Arco abierto: Que Independiente haya empatado incluso, si se hila fino, no está mal. El equipo estaba muy flojo y pasó todo lo contrario a lo que sucede siempre. En general, el Rojo es un equipo que genera mucho y convierte poco. Ayer, el Rojo generó muy poco, pero la más clara que tuvo, la mandó a guardar. Clave.
