Luciano Leguizamón aseguró que se presentará el 5 de julio a entrenar: “Nadie me dijo nada”.
“Todavía tengo dos años más de contrato con Independiente y me voy a presentar a entrenar porque es lo que corresponde”. Con ese desenfado, típico de “aquí no ha pasado nada”, Luciano Leguizamón le aseguró al Diario Olé que estará el 5 de julio en Villa Domínico, cuando Independiente regrese de la pretemporada.
“Todavía pertenezco al club y voy a cumplir con mi responsabilidad. Los dirigentes se apuraron a la hora de armar esa lista”, agregó, obviando todo tipo de autocrítica sobre sus constantes lesiones y su nula participación en el campeonato que – al parecer, todavía no se enteró – condenó al descenso a Independiente. “Prefiero no hablar mucho del tema porque no sé cómo se va a resolver la situación. A mí desde el club nadie me comunicó nada, ningún dirigente me avisó si voy a seguir o no”, añadió.
En tanto que otro de los borrados – cuyo nombre no trascendió – se mostró enojado con la dirigencia: “Cantero nos mandó al frente, molestaron las formas. Si vas a rajar a alguien tenés que ir y decírselo en la cara, no esconderte como una rata. Tomó esa decisión para quedar bien parado con los hinchas”.
La situación de Luciano Leguizamón deberá resolverse en lo inmediato y hay varias opciones: Llegar a un acuerdo – como con Osmar Ferreyra – para la rescisión de su contrato (todavía le quedan dos años); conseguir una salida a préstamo; tenerlo separado del plantel y trotando sólo en Domínico o revertir la decisión y reincorporarlo, como pasó en otro momento con Víctor Zapata. La solución, por ahora, parece distante. Otro papelón más.