Llegó tarde

Emanuel Aguilera llegó promediando el último tercio del Torneo Transición debido a la lesión de rodilla que sufrió Gabriel Valles y que le habilitó un cupo a Independiente. El central es un viejo conocido de Almirón.

El bajo rendimiento de Cristian Tula y sólo Nicolás Figal como reemplazo, mostraron una falencia en el plantel de Jorge Almirón en cuanto a centrales se trata. La llegada de Sergio Escudero no había solucionado nada y cada vez se hacía más notoria la carencia de futbolistas en ese sector.

Por suerte, Víctor Cuesta se acomodó rápidamente y fue un gran valor durante todo el torneo. Pero, faltaba. Para colmo, Tula, su error ante River y a lesión posterior, preocupaban todavía más. Claramente Independiente estaba corto de centrales.

Con el torneo avanzado ya no había forma de reforzar la zaga. Figal asomaba como una gran opción, pero no deja de ser un chico al que hay que ir fogueando. Por eso, ni bien se supo la gravedad de la lesión de Gabriel Vallés, los dirigentes se abocaron a un central que llegue y juegue. Y así fue. Almirón puso el ojo en un viejo conocido suyo y Emanuel Aguilera se unió al plantel.

Tanto el DT como el central habían coincidido en Godoy Cruz. Por lo que el futbolista se adaptó rápido al esquema y a la idea. Su debut fue en el empate ante Arsenal y si bien se comió un lindo caño de Alemán en la jugada del gol rival, su actuación fue promisoria.

En el siguiente encuentro, ante Gimnasia y Esgrima La Plata, Aguilera le devolvió su lugar a Cristian Tula. Esa noche el Rojo perdió 1 a 0 en Avellaneda, en el que fue uno de esos partidos que lo condenó a desperdiciar su chance de pelear el Torneo.

Luego, Aguilera volvió a la titularidad ante Lanús, en la goleada, y no la soltó más. Fue junto a Cuesta la dupla de centrales que jugaron en la Bombonera y cayeron derrotados. También en la victoria ante Newell´s y en la caída en Córdoba, ante Belgrano. En ese último partido, Aguilera recibió la roja y no podrá estar en el debut del próximo torneo.

Su rendimiento fue promisorio y se nota que conoce la idea del entrenador. Ahora, habrá que ver si puede consolidarse tal como lo hizo Víctor Cuesta. Claramente en él Almirón deposita su confianza y más que una apuesta.