Lo Bueno
Intención de dar vuelta el resultado: Los jugadores de Independiente corrieron todo el partido incansablemente. Igualmente, ese entusiasmo no se pudo materializar en el juego. Sin más, el gol del empate se produce en forma desprolija y por perseverancia. Lejos estuvo de generarse mediante una ocasión producto de movimientos fluidos, precisos y asociados.
Cambio de Cristian Rodríguez: Aunque un solo jugador no puede solucionar las fallas estructurales de un equipo, a partir de su modificación se notó una transformación general en el juego. Cabe añadir que también influyo el vuelvo en la estrategia del rival que pasó de atacar a replegarse.
Lo Malo
La defensa: En el primer tiempo, la línea de cuatro de Independiente (más Julián Vitale) no supo frenar los pelotazos de larga distancia que Arsenal lanzaba hacia sus delanteros. A partir de los envíos, la defensa retrocedía hacia el arco de Rodríguez. Simultáneamente, el rival achicaba los espacios, adelantando todo su equipo hacia el campo de Independiente. El Rojo quedaba asfixiado y no lograba salir del acecho enemigo. Como consecuencia, durante largos minutos Arsenal tuvo la posesión de forma prolongada en posiciones de vulnerabilidad para el visitante.
Imprecisión y lentitud: Cuando le tocó manejar la pelota no pudo llevarla de forma cautelosa, como si había podido hacer en otros partidos. La gestación inicial se producía de forma dificultosa, a raíz de la presión realizada por los delanteros y volantes rivales y, también, por la poca certeza que tenían los jugadores de Independiente en sus pases. Al fallar en la iniciación, el enlace entre defensa y ataque quedaba trunco. En el segundo tiempo, Arsenal cambió su sistema de juego y dejó de presionar, por lo tanto el paso inicial de la gestación quedó solucionado. Dentro del terreno enemigo, los volantes y delanteros del Rojo debían combinar pases precisos y buenos movimientos (que generen distracción) en velocidad para desbaratar la cerrada defensa local, que no dejaba espacios libres. La mala noche de los creativos impidió que esas necesidades de cumplan y eso explica la escasez en la cantidad de situaciones.
Dominado por el rival: Tácticamente, Independiente sufrió las condiciones que impuso Arsenal a lo largo del encuentro. En un contexto que sentía adverso se vio superado. El plan que hilvanó el conjunto local salió a la perfección: en el primer tiempo, le bastó con enviar pelotazos largos, como estrategia de juego, para inquietar el arco Rojo y en el segundo, esperar con las líneas agrupadas atrás, para proteger su arco. Los de Pellegrino nunca le encontraron la solución a un rival de poca monta.
Posicionamiento frente a las pelotas paradas (y los pelotazos): Todos los tiros libres (hasta en la mitad de cancha) que efectuaba Arsenal iban directo hacia el área del Rojo buscando la cabeza de sus delanteros. Independiente para contrarrestarlo se colocaba pegado al arco del Ruso. Esa estrategia sistematizada, que se repitió a lo largo de partido, solo generó inconvenientes ya que la agrupación de los jugadores no era pareja: muchos dentro del área, ninguno en el rebote y alguno solo para la contra. De esta forma se acorralaba en su propio arco y efectivamente, el gol del rival llegó tras un tiro libre mal defendido.
La Pregunta
Independiente viene de jugar dos encuentros en los que bajó su rendimiento ¿Cuál es el verdadero nivel del Rojo: aquel que ilusionó en el comienzo o éste que demuestra ahora?
