Todo San Lorenzo se queja por el arbitraje de Sergio Pezzota en el clásico del domingo por la falta de Martín Gómez a Jonathan Bottinelli en el gol de Germán Pacheco, aunque parecen hacer la vista gorda con todos los otros fallos que los favorecieron, incluso en el tanto de Cristian Tula.
El arbitraje de Pezzota en el Bajo Flores fue decididamente malo. Lejos del juego, quizás por el agobiante calor, el rosarino tuvo varios fallos desafortunados durante toda la tarde, aunque no favoreció a un equipo por sobre el otro. Y si le ponemos lupa al asunto, el que salió perdiendo fue el Rojo…
Guillermo Pereyra se cansó de repartir patadas por todos lados y recién vio la amarilla a los 29 del complemento. Juan Manuel Torres, ya amonestado, pegó y hasta simuló un penal por un supuesto agarrón cuando iba a definir, pero Pezzota ni siquiera amagó con sacarle la roja.
Además, el gol de San Lorenzo fue en claro off side y en la primera etapa, en tiempo cumplido, doble pifia del juez: en una jugada en la que Gómez se fue solo contra Pablo Migliore, primero Bottinelli lo agarró y le cometió una falta que hubiera sido, al menos, merecedora de amarilla. Y después, el arquero le aplicó una plancha terrible a Pacheco, pero el juez no cobró nada.
En el gol de Independiente, primero el defensor de San Lorenzo le comete infracción a Gómez y luego sí, el pelado, le agarra groseramente la camiseta. ¿Qué dijo el árbitro? Que no vio nada. “Todos saben lo que pasó. Fue claro y contundente. Se condicionó el partido y ya no lo pudimos remontar. La falta a Bottinelli fue muy evidente. La vimos todos”, dijo Ramón Díaz post partido.
Sí acertó Pezzotta con la expulsión a Leonel Galeano, quien pegó de atrás y sin intención de jugar la pelota, y pareció también haber estado bien en no cobrarle penal a Gómez en la corrida del segundo tiempo, pese a lo que dice el propio jugador: “Me tocó el zapato, sino yo me iba solo para definir”. Así que Ramón, a veces el silencio es salud…
