Independiente, sin refuerzos, derrotó 1-0 a Temperley gracias a una gran jugada de Martín Benítez y un cabezazo genial de Lucas Albertengo. Casualmente las dos figuras del partido. El equipo estuvo sólido y si bien pecó de peso ofensivo redondeó una buena tarea para el segundo triunfo consecutivo.
Independiente arrancó mejor que Temperley. Es más, en el primer tiempo hubo varios tramos que directamente se jugaron en campo local. Sin embargo, al Rojo le costó mucho dañar seriamente a su rival. En toda la primera etapa demostró falencias en el aspecto ofensivo. Le faltó peso en ataque, precisión en los metros finales y definición para marcar.
Puntualmente hay que señalar ciertos aspectos importantes. El Celeste casi no atacó. Nunca encontró los caminos y no dañó claramente a Independiente. Gustavo Toledo tuvo una muy buena tarea conteniendo a uno de los jugadores más desequilibrantes del rival, Esparza. En contraposición, Matías Pisano no estuvo fino y eso lo sintió el equipo de Mauricio Pellegrino.
Tanto Martín Benítez como Lucas Albertengo estuvieron muy activos, pero como se marcó, les faltó contundencia para aprovechar alguna de las jugadas que tuvieron. El segundo, el goleador del equipo, tuvo un zurdazo que hizo revolcar a Crivelli. Por su lado, Nicolás Tagliafico también demostró un buen nivel.
Sin embargo, y pese a lo marcado, Independiente se fue al descanso igualando sin goles con Temperley. Juan Pablo Pompei, el árbitro del encuentro, también tuvo algunas decisiones dudosas en las que perjudicó al Rojo.
Hubo que esperar hasta el minuto 9 del complemento para presenciar el grito de gol. Benítez tomó la lanza por derecha. Luchó, encaró, eludió muy bien a un rival y sacó un centro exacto, teledirigido a la cabeza de un Albertengo que, de pique al piso, venció a Crivelli y marcó la primera y única diferencia del encuentro.
Tras el 1-0 Temperley metió dos cambios y se adelantó en el campo de juego. El Rojo, tal como lo hizo con Olimpo la fecha pasada tras el 2-1, se acomodó bien atrás. Fue sólido y si bien pasó uno o dos sobresaltos, pudo haberse ido ganando el partido con mayor diferencia.
Una de esas jugadas en las que Independiente pudo haber estirado el resultado fue protagonizada exclusivamente por Martín Benítez quien robó una pelota en la salida del rival y con el arquero adelantado la picó desde afuera del área, pero el travesaño le ahogó el grito.
Así las cosas, Independiente fue trabajando el triunfo y lo terminó redondeando con firmeza. Sí, mostró algunas dudas, pero luchó para lograrlo y consiguió el segundo triunfo consecutivo. Ahora, en el horizonte más cercano, se avecina Atlético Rafaela que llega vapuleado por River. Será la cita del sábado y quizás haya caras nuevas. Aunque lo único que importa es que el Rojo siga en esta senda. Sí, en la senda del triunfo.
