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Los deseos de InfiernoRojo para el 2022

Independiente viene sufriendo dentro y fuera de la cancha y necesita que todo mejore para recuperarse institucional y futbolísticamente. Desde IR compartimos los tres deseos que pedimos al brindar para este año que empieza encuentre al club de otro manera.

 

Se va un año malo para Independiente. Un 2021 que no tendrá ningún recuerdo especial. Tan malo que ni siquiera pudieron llevarse a cabo las elecciones para elegir nuevas autoridades en el club. Por donde se lo mire, en el lado rojo de Avellaneda las cosas no salieron bien. Y eso va en sintonía con el tobogán en el que la institución entró desde el 2018. Pero arranca un nuevo año y a la medianoche los diablos levantarán sus copas para brindar con los suyos y pedir sus deseos, entre los cuales sin dudas que estarán algunos con el corazón en Independiente. El inicio de 2022 renueva las esperanzas de un cambio para bien. Las ganas de que la realidad institucional y deportiva mejore es colectiva y funciona como el motor para mantener las expectativas. Acá van los deseos de todo Infierno Rojo para el año que empieza. ¡Salud!

 

-Un proyecto futbolístico acorde a la historia del club: Si algo no se le puede reprochar a la gestión actual es que casi siempre buscó entrenadores que se identificaran con una manera de jugar cercana al paladar negro del club rojo. No es una tarea sencilla, pero han pasado nombres que pregonaban un juego de esas características, o al menos lo intentaban. Pero eso no ocurrió con Julio Falcioni, cuya designación sorpendió a todos, que se las arregló con lo que tuvo a mano y que trató de ser competitivo aunque su estilo lógicamente chocó contra el de la mayoría de los hinchas de Independiente. Ahora, hay una nueva oportunidad de volver a buscar el sendero de retorno a las raíces. Así como se logró con Ariel Holan, aunque no se supo aprovechar ese envión luego, la dirigencia tiene en sus manos el timón para enderezar esa búsqueda que en este club no es considerado algo menor.

 

-Un equipo que vuelva a ser protagonista en cada competencia: Más allá de ese año perfecto que fue el 2017, a Independiendiente le cuesta mantenerse competitivo hasta el final de los torneos que disputa. La Copa Argentina siempre le fue esquiva y ya es todo un karma. Y ni hablar del torneo local: en 2022 se cumplicrán 20 años del último título casero. El Rojo necesita volver a aparecer en los primeros planos, pero no por algunas fechas. No para ilusionar a sus simpatizantes y dejarlos siempre con las ganas; sino para demostrar compromiso verdadero, con jugadores que salgan a la cancha y dejen todo más allá de la situación incómoda que pueda estar viviéndose de la línea de cal hacia afuera por los desaguizados dirigenciales. Esos problemas no se resuelven con la pelota en los pies. Cuando suena el pitazo inicial, la actitud y la intensidad deberían vovler a ser innegociables.

 

-Recuperar la paz y la estabilidad institucional: Independiente se acostumbró a ser mala noticia todos los días en los últimos cuatro años. Cada día es levantarse y abrir el diario, las redes sociales, enceder la radio o la TV y enterarse de cuál es el nuevo dolor de cabeza que suma el club. Inhibiciones, intimaciones, embargos, juicios, sentencias desfavorable, jugadores que quieren irse, jugadores que se van libres, dirigentes que renuncian… Un caos interminable que en el segundo semestre de este año tuvo en la puja política por las elecciones que finalmente se suspendieron la frutilla de un postre con muy mal sabor. Los socios al fin tenían la oportunidad de expresarse nuevamente en las urnas, pero las maniobras políticas embarraron todo, una vez más. Nadie salió ganando y el que más pierde es el hincha que ve desde afuera los dardos de un lado y del otro con la impotencia de no poder elegir lo que quiere para el escudo de sus amores. Eso debe terminar. El 2022 debe traer cambios para renovar la atmósfera negativa. El Rojo necesita levantar cabeza desde sus entrañas para tener una estructura sólida que sostenga todo lo demás. Y eso hoy no ocurre. Errores internos, factores externos, por lo que sea, Independiente quedó estancado en un pantano institucional que por ahora sigue nadando en la incertidumbre de lo que pasará. Que en este año que empieza, lo que sea que pase sea mucho mejor de lo que viene pasando.

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