El ahora ex entrenador de Independiente, Jorge Almirón, terminó su ciclo luego de dirigir 35 partidos al Rojo. Tuvo un bastante aceptable porcentaje de efectividad: Más del 50 por ciento.
En los 35 encuentros al mando del equipo, logró 14 victorias, 11 empates y 10 derrotas. Cosechó 53 puntos de 105 posibles, lo que vale un 50,47 por ciento de efectividad. Es el segundo mayor porcentaje de los últimos 15 años. Sólo detrás de Enzo Trossero con el 52 por ciento.
En cuanto al goleo, su Independiente consiguió 51 goles a favor y recibió 46. Convirtió goles en 27 partidos. Sólo en 8 encuentros no pudo convertir. Y sólo tuvo 7 vallas invictas.
El máximo goleador de su mandato fue, lógicamente, Federico Mancuello: 10 gritos en el pasado Torneo de Transición y 3 en este.
En los números, pocas cosas pueden reprocharse. Pero está claro que su salida, además de devenir de la derrota del Clásico, vino por algo más. Porque nunca entró de lleno en la gente. Porque tomó decisiones de apartar a futbolistas muy queridos por el hincha. Y porque en este torneo, con la base del equipo que logró un gran campeonato en 2014 y con la llegada de refuerzos codiciados por otros clubes y que valieron mucho dinero, no se logró mejorar. Se esperaba que Independiente fuera por más. Que peleara el campeonato mientras los demás equipos grandes estaban en la Copa Libertadores. Pero el nivel no mejoró. De hecho, el Rojo cayó. Tanto en rendimiento como en resultados. Y aunque la premisa de juego era saludable, también hubo varios errores tácticos y muchas falencias que no terminaron de convencer. Aunque no sólo le toca la parte a Almirón: Muchos futbolistas bajaron considerablemente su rendimiento en este año -hasta Mancuello, sin ir más lejos, está en un nivel menor-.
Ahora, con la salida de un entrenador que nunca logró convencer por más que consiguió 33 puntos en el torneo inmediato al ascenso de la B Nacional, tendrá que buscarse un reemplazante que sí pueda conseguir mejores resultados y que tenga más consenso. ¿Se seguirá la misma línea?
