En el balance total de su última etapa como director técnico, Miguel Ángel Brindisi dirigió a Independiente en 16 ocasiones: 14 por torneos locales y 2 por Copa Argentina. En competición doméstica, fueron 3 victorias, 6 empates y 5 derrotas -una efectividad del 42.35 por ciento-. En Copa Argentina, en cambio, fueron dos partidos: un empate y una derrota.
Cuando Américo Gallego dejó el cargo de técnico del Rojo, todos evitaron tomar el mando de un equipo que estaba en caída libre. Y fue Miguel el que dio la cara y agarró el timón de un barco que se venía a pique para intentar enderezarlo. Al principio, parecía que había una esperanza y el club seguiría en la Primera División. Pero, finalmente, se dio el peor final: el primer descenso en la historia de la institución.
El debut de Brindisi en su segundo ciclo fue en Rafaela ante Atlético, con una pobre derrota por 2 a 0. En esa ocasión, el técnico acudió a los “hombres de experiencia” para enfrentar la difícil situación. Y así fue que salieron a la cancha Hilario Navarro, Eduardo Tuzzio, Roberto Battión, Jonathan Santana y Ernesto Farías, entre otros. La patética imagen mostrada por cada uno de esos futbolistas -salvo el arquero, ninguno de ellos continúa en el club- llevó a Brindisi replantearse y usar a los juveniles. Entraron, entonces, Lucas Villalba, Fernando Godoy, Juan Manuel Trejo y Adrián Fernández, entre otros. Y todo parecía cambiar.
Primero, la victoria por 3 a 1 ante un rival directo como Argentinos Juniors. Luego, otro triunfo 2 a o ante Tigre y un empate 0 a 0 ante el duro Lanús parecían encaminar las cosas ante los pobres presentes de los demás rivales -principalmente el Bicho, que acumulaba derrota tras derrota y estaba en caída libre-. Otro 3 a 1 contra San Martín de San Juan -otro que peleaba por seguir en Primera- daba todavía más esperanza. En ese entonces, Argentinos estaba a sólo tres puntos -cuando, antes del duelo entre ellos, estaba a trece unidades-. El rendimiento de Cristian Tula, de Claudio Morel Rodríguez, de Fabián Vargas, de Fernando Godoy y los goles de Adrián Fernánez y Juan Caicedo mantenían la pelea al rojo vivo, buscando la salvación. Parecía que todo se arreglaba y reinaba la ilusión.
Pero llegaron dos empates 0 a 0 seguidos, ante Belgrano en Córdoba y ante Estudiantes en el Libertadores de América. Y la victoria de Argentinos ante River, contra todos los pronósticos, terminó de tirar por el suelo las esperanzas. Desde ahí, el Rojo cayó con River y San Lorenzo por 2 a 1 y 1 a 0 y el equipo perdió la categoría en Avellaneda, ante el aliento de la gente. Luego, la igualdad 1 a 1 ante Colón para terminar con el martirio. El peor final, sin dudas.
Al margen de lo doméstico, hubo dos duelos por Copa Argentina: ante Boca Unidos -empate 1 a 1 y victoria por penales- y Arsenal -caída por 1 a 0-.
Los números de Brindisi en el pasado Torneo Final fueron de, en 10 encuentros, 3 victorias, 4 empates y 3 derrotas. No fue malo lo hecho por Brindisi, teniendo en cuenta el momento en el que agarró al equipo, pero el descenso tapó todo.
Distinta fue la imagen dejada en lo que va de esta nueva temporada de la B Nacional: en cuatro fechas, Independiente sólo sumo 2 unidades de 12. Primero, una humillante derrota por 2 a 1 ante Brown de Adrogué en el debut en el Libertadores de América. Luego, empates 0 a 0 con Boca Unidos y 2 a 2 con Aldosivi -cuando, al finalizar el primer tiempo, ganaba 2 a 0-. Un duro 2 a 1 con Atlético en Tucumán terminó de sellar su destino. Fueron, en total, 2 empates y 2 derrotas en cuatro partidos. Pero además de lo numérico, también importan las maneras: un bajísimo nivel de las futbolistas, tanto de los que venían siendo figuras como Morel y Tula como de los refuerzos como Franco Razzotti y Reinaldo Alderete.
Con 9 partidos sin ganar -5 empates y 4 derrotas, con 6 goles a favor y 10 en contra- terminó el mandato de Brindisi en el banco. Sin dudas, no le encontró la vuelta a la situación ni le pudo imprimir una idea de juego al equipo. Pero se le agradece su intención de intentar dar vuelta la situación en el peor momento.
