Ayer, Independiente cayó 1 a 0 ante Lanús con una presentación muy floja. Hubo varios problemas, pero el principal estuvo en el medio.
Muy atrás. Sin respuesta. No hubo creación ni conexiones del medio para arriba. Así, podemos recalcar una cantidad innumerable de errores y falencias que mostró Independiente ayer en la derrota contra el Granate. Pero, específicamente, el mediocampo del Rojo fue desastrozo y dio ventajas.
Con la ausencia de Lucas Romero, tres hombres conformaron la mitad de cancha. Sorprendentemente, Domingo Blanco se posicionó de volante central. El futbolista acertó 40 de los 48 pases que realizó y ganó 8 de los 11 duelos que disputó. Hizo lo que pudo. Independiente no está para probar en este semestre y no hay que naturalizarlo.
Luego, un poco más adelante se ubicó Alan Soñora. En teoría, el joven debía ser polifuncional y estar acompañando tanto en ataque como en defensa. Sin embargo, el volante fue uno de los peores jugadores de la cancha ayer. Acertó 16 de los 20 pases que realizó y solo ganó 2 de los 6 duelos que disputó.
Y por el otro sector se ubicó Pablo Hernández. Intrascendete y errático. Con un cambio menos no le aportó prácticamente nada al ataque de Independiente. Tan así que perdió la pelota en 15 oportunidades a lo largo de todo el encuentro.
Luego entraron Pacchini y Martínez que fueron más de lo mismo. Lanús supo leer y aprovechar todo esto. Fue la clave de todo el partido. No había una conexión entre los defensores y los delanteros. Corrieron detrás de la pelota y se ubicaron muy atrás en cada ataque del Granate. Si Independiente sigue dando muchas ventajas en todos los partidos, es muy probable que sean un calco de lo que fue el encuentro de ayer.
