Independiente tiene ya nuevo entrenador y por delante se le viene un trabajo a corto y largo plazo con objetivos individuales y colectivos. El Rojo está herido y a su DT le encanta el olor a sangre. Es hora de sanar.
Victoria, la primera del campeonato, y presentación del nuevo director técnico. Independiente se fue de vacaciones con un poco más de alivio. Julio se anticipó y llegó en pleno junio. Vaccari ya piensa y respira sangre en modo Diablo. Asumió este jueves al firmar oficialmente su contrato hasta diciembre de 2025, pero su labor al frente del plantel se iniciará el jueves 27 cuando se reanude el trabajo en Villa Domínico.
Tiene mucho trabajo por delante. Tiene desafíos de los macro y de los micro, de los urgentes y de los que miran más hacia adelante. El entrenador de 43 años sabe que se hace cargo de un Independiente que necesita orientación, orden y un mentor. Y para eso tiene cosas que resolver, otras a las cuales darle continuidad y otras que hacer de cero.
¿Cuáles son los principales desafíos de Vaccari en el Rojo? Sin dudas que el más importante y por ello seguramente el más difícil es el de darle al equipo la identidad de juego que no supieron tener en lo que va de esta gestión dirigencial. Ni Leandro Stillitano ni Ricardo Zielinski ni Carlos Tevez lograron darle una identidad definida al Rey de Copas.
No es algo que se consiga de un día para el otro, claro. Y es algo que se consigue ganando batallas más pequeñas dentro de un todo. Tiene resuelto el arco porque Rodrigo Rey es figura y referente y firmará la renovación de su contrato en las próximas semanas.
Yendo para el otro extremo de la cancha, Independiente necesita hacer de Gabriel Avalos a su goleador. Exprimirlo como Gabriel Milito lo hizo en Argentinos Juniors. Con Hugo Tocalli algo de eso pareció empezar a asomar: el guaraní hizo dos tantos en tres partidos. Vaccari tiene entre sus tantas misiones la de sacar la mejor versión del ‘9’.
Santi López va de a poco demostrando que deja de ser una promesa de la cantera para convertirse en realidad. Tocalli le dio el rodaje que no tuvo con Tevez y el pibe de 18 años respondió. Parece no pesarle la presión ni quemarle la pelota de local. La inconsciencia de la juventud es un arma de doble filo que si se utiliza con inteligencia puede resultar letal para los rivales.
Vaccari hereda un Santi López naciente, que tiene todo para transformarse en un gran protagonista del equipo. Eso sí, el DT sabrá hasta qué punto exigirle sin llegar a cargarle toda la responsabilidad en sus hombros. Explotar al chico de Nono será una de las cuestiones fundamentales en su ciclo. Pero López no es el único juvenil. Lautaro Millán, Tata Martínez, Diego Tarzia, Santiago Hidalgo, Santiago Salle son los que ya están en Primera y necesitan continuidad. Y hay más chicos que Tocalli tiene apuntados y que están esperando para alimentar a la máxima categoría.
Tomás Parmo es un caso aparte. Con apenas 16 años, todos lo señalan como “la joya” de la cantera. Tevez lo hizo debutar en Copa Argentina los últimos 5 minutos, pero luego no volvió a darle espacio. Tampoco lo consideró posible Tocalli en sus tres duelos como interino. Será otra tarea clave de Vaccari la de darle a Parmito el último golpe de horno para que de a poco se inserte en el equipo, así como lo está haciendo López.
Ensamblar la sangre joven con los más experimentados será otra cuestión vital. ¿Qué lugar darle a Federico Mancuello? Tocalli le devolvió la titularidad y lo ubicó siempre por el centro, más o menos adelantado. Más allá de su precisa ejecución de pelota quieta y algún que otro centro, Mancu parece ofrecer mayor solvencia como alternativa de cambio que soluciones como engranaje de arranque. Vaccari deberá decidir. Ya avisó en su presentación que no hace distinciones por la edad y que trata y evalúa a grandes y chicos por igual.
Además de lo estrictamente futbolístico, Vaccari tendrá un trabajo que pasará por lo anímico. Devolerle la confianza a un grupo que es emocionalmente inestable debe ser menestre del flamante cuerpo técnico. Solo así podrá encontrar una regularidad que hace rato no se ve por Avellaneda. Recuperar la localía, es decir, la fortaleza y la ventaja de jugar en casa. Hoy eso parece más un martirio para estos jugadores que algo favorable.
Julio Vaccari huele sangre y dice que le encanta. Este Independiente herido se vive desangrando y necesita que alguien le pare la hemorragia. Desafío a desafío irá construyendo la identidad que lo hará sanar.
