El sábado por la noche, Independiente volvió a ser impreciso en ataque y, aunque contó con varias chances para llevarse los tres puntos, apenas pudo anotar un gol y el encuentro finalizó 1-1.
Los fantasmas de la falta de precisión siguen en Avellaneda. El mismo mal que le costó el pase a la Copa Libertadores el torneo pasado, Independiente lo volvió a sufrir con Patronato. En el primer tiempo, contó con varias situaciones para marcar el 1-0, entre ellas dos remates de Leandro Fernández que se fueron por arriba del travesaño y un cabezazo desviado de Gastón Silva con el arco solo. Para colmo, la visita se había puesto arriba con apenas dos llegadas en los 45 minutos, de las cuáles una le bastó para llegar al gol.
En el complemento, al Rojo le costó más, pero igual pecó de impreciso. Aunque el Patrón se había replegado atrás, el Rey de Copas siguió yendo y tuvo el empate en algunos cabezazos tibios a las manos de Sebastián Bértoli. Sobre el final, Maximiliano Meza logró rescatar, al menos, un punto, e Independiente se llevó un empate que bien podría haber sido triunfo.
En las estadísticas, el local contó con 23 intentos, de los cuáles cuatro fueron al arco, mientras que la visita tuvo cuatro intentos y, el único que fue al arco, entró. A mejorar la definición, que es necesaria si se quiere salir campeón.
