Connect with us

Más que actitud

Turco Mohamed

“El esquema se negocia, la actitud no”, seguramente pasará a la historia como la frase que simboliza el regreso de Independiente al plano internacional. Pero además de la motivación que impuso Antonio Mohamed para alcanzar el título, sus primeros dos meses de trabajo dejan otros aspectos que marcan el presente y el futuro del Rey de Copas.

Las urgencias del Rojo por jugar dos competencias significaron el fracaso del “proyecto” de la dirigencia, con un Daniel Garnero que no pudo encontrar el equipo en poco más de un mes. Si bien logró pasar de ronda en la Copa Sudamericana ante Argentinos Juniors, eso no le alcanzó para continuar, siendo reemplazado interinamente por Ricardo Pavoni y Francisco Sá.

La proximidad del clásico de Avellaneda y una caída por goleada ante Godoy Cruz en Mendoza llevaron a buscar un entrenador para que se haga cargo del plantel de manera definitiva. Así llegó el Turco quien, hasta entonces, no tenía trofeos internacionales en su currículum como DT.

Para cumplir con los objetivos (vencer a Racing y ganar la Copa), la palabra clave fue “actitud”. A cambio de ella, Mohamed dio confianza a sus dirigidos, cambiando el ánimo grupal y mejorando la relación con los hinchas. Pero sin dudas, uno de sus grandes méritos fue convertir en figura a jugadores eternamente resistidos como Hernán Fredes, quien hizo uno de los goles claves para la clasificación ante Defensor Sporting.

Sus palabras siempre fueron mesuradas, destacando más las metas que prometiendo resultados. Es más, muchas de sus declaraciones tuvieron una carga de autocrítica, que luego se reflejaron en la cancha. Uno de los ejemplos más claros es cuando se lamentó por no tener a Germán Pacheco en el banco contra Boca, quien justamente convertiría en la fecha siguiente ante San Lorenzo.

Aunque quedarse con el Apertura ya era una utopía cuando asumió, ahí también hizo su aporte. En los encuentros ante Estudiantes y Lanús, tanto el once titular como los suplentes estuvieron compuestos casi íntegramente por juveniles, que tuvieron la oportunidad perfecta para demostrar que pueden jugar en Primera. Si bien no lograron triunfos, hicieron un papel más que digno ante el puntero del campeonato y un equipo que buscaba clasificarse a la Libertadores.

Como explicó Tony previo a la final con Goiás, llegar a lo más alto de América también era mostrarse a sí mismo que puede lograr grandes cosas. Para eso, aparte del trabajo diario, debió resignar sus vacaciones familiares. Ahora, lejos de la tranquilidad, la seguidilla de torneos del año que viene lo obliga a redoblar esfuerzos. Pero a la vista de los primeros resultados, la entrega para encarar los nuevos desafíos, parece garantizada.

10 años de una estrella más

Actualidad

Los antecedentes contra brasileños por la Sudamericana

Actualidad

Se va la segunda

Actualidad

Previa: La última con un brasileño

Actualidad

Advertisement
Connect